VINO

Bodegas Emilio Moro presenta su primer vino ecológico y sin sulfitos añadidos

La nueva marca, que verá la luz en los próximos meses, es el fruto de un proyecto de investigación de tres años y se enmarca dentro de la filosofía de Innovación y Responsabilidad Social de la bodega

Bajo la creciente demanda de unos consumidores cada vez más sensibles a los productos saludables, Bodegas Emilio Moro lanzará al mercado este 2017 su primer vino libre de sulfitos añadidos. Un 100% tempranillo elaborado a partir de uvas ecológicas, muy demandados también en el contexto internacional, que responde al fuerte compromiso de la bodega vallisoletana, líder en Ribera del Duero, con la innovación y la Responsabilidad Social Corporativa.

La nueva referencia mantiene todas las propiedades beneficiosas del vino, como son los taninos, antocianos y antioxidantes, pero sin contener sulfitos añadidos, que son el principal conservante del vino. En este sentido la nueva marca responde a una creciente demanda por parte del consumidor actual de productos ecológicos y lo más naturales posibles, además de ser una opción de calidad para los alérgicos a los sulfitos.

Bodegas Emilio Moro empezó a investigar los vinos ecológicos y sin sulfitos hace ya tres años. Tiempo durante el cual el departamento de I+D+i, junto con el departamento Técnico, ha centrado sus esfuerzos en inhibir el crecimiento de la microbiología indeseable a través de la lucha biológica con el empleo de herramientas naturales de sus propios viñedos.

Innovación y responsabilidad social

Junto a la tradición, heredada a lo largo de tres generaciones, y la Responsabilidad Social Corporativa, la innovación es uno de los tres pilares fundamentales de la filosofía de Bodegas Emilio Moro. De hecho, en los tres últimos ejercicios la bodega ha invertido cerca de un millón de euros en investigación, desarrollo e innovación.

Este nuevo proyecto se suma así a sus numerosos esfuerzos por invertir en I+D+i, una labor que desarrolla conjuntamente con otras entidades y universidades y que ya ha dado como fruto importantes avances en el campo de la viticultura, como el desarrollo de levaduras autóctonas para aportar complejidad y singularidad a los vinos. Se trata además de un vino hecho para todos que viene de la mano de una bodega comprometida con el entorno y las personas. Una bodega que ha adaptado sus instalaciones y sus visitas de enoturismo a los discapacitados y que ha incorporado la lectura en Braille en las etiquetas de sus vinos.