PATRIMONIO

Cinco siglos de belleza desconocida

Se cumplen 500 años de la culminación de la construcción de la catedral de Palencia, un proceso muy dilatado en el tiempo que se inició en 1321

Bragimo
Ical

Sumergirse en la catedral de Palencia, entrando por la Puerta de los Novios, supone una clase magistral del arte. Un paseo, a través de su imponente nave longitudinal, resulta casi una línea temporal desde la implantación del estilo gótico hasta el abrazo definitivo al estilo renacentista al llegar a la puerta de San Antolín. Un estilo artístico que puso el broche de oro a la culminación de este proyecto arquitectónico en 1516, hace cinco siglos.

La Bella Desconocida, celebra uno de su cumpleaños más especiales al alcanzar el medio milenio de vida siendo testigo del auge y declive de una de las Diócesis más importantes de la época. Una obras de construcción que se iniciaron en 1321, cuando los máximos de las catedrales góticas en España, Burgos y León, se encontraban en pleno proceso de terminación.

Hechos que coinciden con la crisis social económica que se asienta en el reino de Castilla y que conllevó que las obras del templo palentino se desacelerasen y retomasen este ímpetu en pleno siglo XV, enfrentándose así a problemas como la precariedad de los medios constructivos o la alteración del estilo artístico que supuso un replanteamiento del proyecto de la gran catedral de San Antolín, aunque sin dejar de lado la monumentalidad que hace de este templo uno de los más grandes de España.

Con este nuevo planteamiento del templo, se decidió retrasar hacia el oeste la nave del transepto, un hecho que tuvo como consecuencia el planteamiento de un nuevo altar mayor para esta catedral y el derribo del inicial templo románico.

La culminación

La culminación del gran proyecto que fue esta catedral se inició en 1485 con el final del gótico y el nacimiento del estilo renacentista, que en Palencia se dio de forma temprana. Así, en esta etapa se logró el cubrimiento de la nave del transepto en 1497 y a la finalización del resto de las naves, la sala capitular y el claustro catedralicio.

Un proceso que se desarrolló con gran celeridad, si lo comparamos con el resto de fases constructivas que se dieron en la catedral palentina y que concluyó en 1516 gracias al apoyo constante en la financiación con el que contó el proyecto, en parte por el respaldo de los obispo que rigieron la Diócesis durante esta etapa y que, sin duda fueron figuras de gran calado tanto dentro de la Iglesia de la época como del Reino.

Así, obispos como fray Alonso de Burgos, fray Diego de Deza, el obispo Fonseca o Fernández de Velasco fueron los grandes impulsores de la terminación de la catedral de Palencia y prueba de ello son los distintos motivos heráldicos que se encuentran en el tempo y que pertenecen a cada uno de ellos.

En la culminación de la última de las fases jugó un papel esencial la dama palentina Inés de Osorio quién fue uno de los grandes apoyos económicos para la construcción del templo. Tanto es así que, tras su muerte, la popular dama fue enterrada en la propia catedral, en una tumba en la que aparece su efigie en madera policromada y con su criada a los pies de esta imagen yacente. Una figura que se ha convertido en uno de los mitos de la Catedral de San Antolín, ya que la tradición reza que al tirar de la coleta de la imagen de la criada se cumple un deseo y, por ello, es habitual ver cómo los palentinos hacen cola para seguir este ritual cada día del patrón.

Muy frecuentemente, esta escultura yacente de Inés de Osorio es confundida con Doña Urraca, ya que encima de su sepultura se encuentra la de la noble Doña Urraca. Asimismo, como reconocimiento a esta señora palentina también se colocaron varios símbolos heráldicos relacionados con la familia de Inés de Osorio, benefactora de la catedral de Palencia.

Orígenes visigodos

Los orígenes del templo se remontan a la construcción de una catedral de época visigoda de la que sólo se conserva parte de la cripta de San Antolín, otro de los espacios más arraigados en la cultura sacra de Palencia, un emplazamiento que sufrió una remodelación en el siglo XI, unas obras que posiblemente conllevarían a la construcción de un templo románico al que sucedería este proyecto de construcción de una gran catedral para una de las diócesis más importantes del reino en la época.