Un estudio realizado por la Agencia de Seguridad Alimentaria británica (Food Standards Agency) ha indicado que lavar el pollo o carnes de ave cruda es una práctica muy peligrosa que puede contribuir a propagar bacterias como el campylobacter, responsables de las infecciones intestinales.
La enfermedad provocada por esta bacteria puede provocar vómitos y diarrea y, en los casos más graves, síndrome de intestino irritado o síndrome de Guillain-Barré.