EDUCACIÓN

¿Hay vida después del Erasmus?

  • Después de estudiar fuera muchos jóvenes se sienten deprimidos, pero son varias las alternativas para seguir en el extranjero o en un clima internacional.

Cristina Arranz | rtvcyl.es

"Lo recuerdas constantemente. Notas incomprensión, sobre todo en casa; pero también con tus amigos. Ellos sienten cierta incomodidad al oírte idealizar tanto tu experiencia fuera. Eres como un extranjero en tu país." Óscar Garrido estuvo de Erasmus en República Checa en el curso 2007-2008 y aunque han pasado cinco años aún recuerda cómo se sintió aquel verano en el que volvió a Valladolid y en el que padeció lo que muchos llaman depresión pos-poserasmus.

Para muchos, es la primera oportunidad de vivir fuera de casa, de enfrentarse al programa de una lavadora o controlar que nunca falte leche en el frigorífico y papel en el baño. Es un año para tomar las propias decisiones en una nueva ciudad y con nuevos amigos de países como Georgia, Estonia o Taiwan que pondrán a prueba el nivel de inglés a primera hora de la mañana: "Te formas una nueva vida, que aunque no sea real, por ese período de tiempo sí que lo es. Y al día siguiente no queda nada."

El curso pasado Leticia de Blas dejó Tudela de Duero para ir a Portugal y, con el recuerdo más reciente, su versión es parecida: "Me sentía muy deprimida por volver a España y a mi pueblo, ya no era mi sitio, no estaba dónde quería estar."

Se encontraba "rara" con sus amigos y permanecía en un segundo plano sin querer colaborar con ellos. "No han vivido lo mismo y es difícil volver a la misma relación aunque hayas mantenido el contacto." Pese a ello, no culpa a los demás, "Era yo quién había cambiado."

Más positivo es Juan Colino, el presidente honorífico de la sede vallisoletana de la asociación para Erasmus ESN, que aunque igualmente atestigua que las primeras semanas son duras porque "has dejado gente allí con los que has vivido muchas cosas en muy poco tiempo, los amigos de aquí no te entienden y hay muchos tópicos de fiesta y chicas", también dice que en los primeros días "todo lo bueno se te junta". Vuelves a ver a tu familia y a tus amigos y, además, "Es verano y te vas de vacaciones".

La experiencia Erasmus es una vivencia muy intensa. Se conoce a mucha gente, se visitan muchos lugares y también hay algunas fiestas. Pero no todo son tópicos, en España también hay (y mucha) vida nocturna. Sin duda es una aventura que cuando acaba y toca volver a casa, en verano y sin planes que ocupen el tiempo muerto, puede volverse muy cuesta arriba. Supone cambiar los días de improvisación y nuevos retos por la pérdida de la autonomía y la vuelta a los horarios marcados por una rutina que parece que ya no guarda ninguna sorpresa.

En otros países europeos como Francia o Italia ya se refieren a ello como un síndrome de repatriación del que adolecen quienes regresan tras pasar un tiempo en el extranjero. Concretamente, de esta apatía y de su experiencia personal en Alicante en el curso 2004-2005, Fiorella de Nicola escribió su tesis "La antropología Erasmus” (Antropología dello studente Erasmus), publicada en el libro “Un Erasmus è per sempre”.

Entre los síntomas que la italiana recoge en su tesina se encuentran, como los más comunes, la falta de empatía con el entorno, la desmotivación por los estudios, la idealización del extranjero o una conducta asocial que dificulta la relación con los amigos y la familia. La fase aguda duraría aproximadamente durante los dos primeros meses.

Ante esta situación, muchas son las opciones para seguir vínculado a ese ambiente internacional, tanto dentro de la ciudad formando parte del Programa Mentor o colaborando con la ESN, como para salir de nuevo al extranjero con otras propuestas englobadas dentro del proyecto Erasmus+ como son las prácticas en otro país o el voluntariado europeo.

SALIR DE NUEVO SE PUEDE, AUNQUE NO VA A SER TAN FÁCIL

Dentro de las opciones más comunes para salir al extranjero con ayudas comunitarias, dentro del Organismo Autónomo de Programas Educativos Europeos (OAPEE), se encuentra Erasmus+, un proyecto que entró en vigor el pasado 1 de enero para recoger bajo un mismo marco las iniciativas de educación, juventud y deporte.

Cuenta con una financiación de 14.700 millones de euros destinados a promover la formación, la experiencia laboral y el voluntariado entre más 4 millones de personas desde 2014 hasta 2020. La beca Erasmus Estudios es la más famosa y es la que da nombre al proyecto, pero también es la más relativamente fácil de conseguir, ya que son las propias universidades las que gestionan e informan de manera activa a los alumnos. Pero hay más opciones de movilidad:

-Erasmus prácticas para estudiantes. Período de prácticas en el extranjero de 2 a 12 meses de duración en empresas y centros de formación. Para beneficiarse de ello es necesario estar matriculado como estudiante en la universidad, que reconocerá el período de prácticas en el extranjero. Pero, en la mayoría de los casos, será el propio alumno interesado quién consiga por su mano el acuerdo con la empresa. Algunas universidades sí ofrecen una lista con empresas u otras organizaciones de acogida en su apartado de relaciones internacionales, pero no todas.

Esta fue la opción por la que optó Leticia tan solo tres meses después de volver: "Vi que tenía posibilidades y contacté con mi universidad de Oporto para volver allí a hacer las prácticas. A mediados de noviembre ya lo tenía cerrado." El 31 de enero hizo su último examen y el 1 de febrero ya estaba de nuevo en la que fue su ciudad Erasmus. "Mi idea inicial era pasar 3 meses de prácticas, pero amplíe en abril dos meses más porque me consumía la vida pensar que volvía a casa."

Leticia ha vuelto en junio para hacer los exámenes que le quedaban y graduarse pero esta vez con el billete de vuelta a Portugal para buscar empleo o unas prácticas. Aunque reconoce que la situación laboral allí no está fácil, dice que en España tampoco tiene un futuro claro. "Es un camino muy largo y somos muy jóvenes, tenemos que seguir buscándonos a nosotros mismos y a un trabajo, ya sea aquí o en el extranjero." Y añade: “En cierta forma he cambiado la categoría de Erasmus por la de emigrante, pero el espíritu es el mismo.”

-Erasmus prácticas para titulados. Es la antigua beca Leonardo da Vinci, que nació en 1995. Se parece a la anterior pero el plazo para solicitar está beca es de un año desde el momento en que se finalizan los estudios.

Cuando Óscar volvió de República Checa, aún tenía que cursar quinto de la licenciatura en Periodismo. Fue entonces cuando decidió cambiar la Universidad de Valladolid por la Universidad de Málaga gracias a una beca Séneca de movilidad entre universidades españolas (sin financiación desde el curso 2013/2014). Una vez que terminó sus estudios, ya como titulado, pidió una beca Leonardo para Lituania: “Una vez que sales de Erasmus descubres que el mundo es más grande y no quieres seguir en la rutina de tu ciudad, por eso busqué estas alternativas”.

Aunque el vallisoletano lamenta que gran parte de estas becas han desaparecido con los recortes de los últimos años, reconoce que unir la posibilidad de medio año de prácticas remuneradas en el extranjero con "no estancarte en un mismo lugar” es una buena salida. En su caso, gracias a la beca de prácticas, encontró trabajo durante dos años en Vilnius.

-Servicio de Voluntariado Europeo (SVE o EVS en inglés) Se trata de la opción más abierta. Cualquier joven de 17 a 30 años puede prestan un servicio de voluntariado en Europa a cambio de alojamiento, transporte y un curso de idiomas. El objetivo es fomentar la cultura, el deporte y la juventud y la duración de los programas va desde los 14 días a los 12 meses.

Óscar ha contactado con varias organizaciones en distintos países para emplear su tiempo en prestar ayuda ante la falta de trabajo. Leticia ha hecho lo mismo pero reconoce que "está muy difícil porque ahora todo el mundo lo quiere.”

VALLADOLID TAMBIÉN ES INTERNACIONAL

-Programa Mentor.  La Universidad de Valladolid puso en marcha este proyecto en el año 2007 para orientar y apoyar a los alumnos de intercambio que llegaban al campus. Una ayuda que resulta especialmente útil para quienes la reciben, sobre todo al principio; y que muchos antiguos Erasmus prestan de forma desinteresada porque ellos también tuvieron un mentor o "buddy" de quién guardan buenos recuerdos y mucha gratitud. Echan una mano para encontrar alojamiento, asesoramiento académico, abrir una cuenta bancaria...

Pero la nota negativa la apunta Óscar. Cuando él volvió de Lituania quiso ayudar a la gente que venía nueva a la ciudad, pero "aunque a la Universidad le falten mentores, rechazan la ayuda de la gente que ya ha terminado la carrera."

Según los datos aportados por la ESN, para el curso 2013-2014, la Uva ha enviado 929 erasmus (un 13,8% más que hace dos años, cuando fueron 801) y ha recibido 752 alumnos (crece el 10% desde los 676 del curso 2011-2012). Pese a ello, el Programa Mentor solo acepta la colaboración de alumnos matriculados, quienes podrían tener hasta 5 Erasmus a su cargo, y no de ex alumnos.

-ESN Valladolid (Erasmus Student Network). Esta asociación nació en 1989 y está presente en 37 países. La sede pucelana nació en 2007 para integrar a los estudiantes de intercambio que llegan a Valladolid. Y aunque les precede la fama de ser quienes organizan las fiestas y viajes a Ibiza, también promueven la cultura, el deporte, la solidaridad y el aprendizaje del español.

Ya que la mayoría de los miembros de esta asociación han sido Erasmus, otro de sus objetivos es la reintegración de la gente que quiere seguir en un contexto cosmopolita. Según explica el presidente de la ESN en Valladolid, Daniel Rodríguez, los vallisoletanos antes de irse "desconocen la vida internacional que puede ofrecer la ciudad". Pero una vez fuera conocen la ESN y formar parte de ella cuando vuelven es una forma de seguir con el mundillo, "que engancha mucho."

Ahora mismo se encuentran en plena campaña de captación de voluntarios. En la última quincena han recibido 60 solicitudes, "lo que supone un éxito y un fracaso", porque no todo el mundo entra. Sobre todo valoran la implicación y el tiempo que la gente pueda dedicar a la organización. "Al final, de 8 personas te puedes quedar solo con una".

PERO ¿POR QUÉ EL ERASMUS DA TANTO QUE HABLAR?

La beca Erasmus posibilita el intercambio de alumnos entre universidades de los 28 estados miembros de la Unión Europea, Islandia, Liechenstein, Noruega, Suiza y Turquía. El EuRopean Action Scheme fot the Mobility of University Student nació el 15 de junio de 1987 para promocionar el espíritu europeo que inspiró el teólogo y humanista holandés Erasmo de Rótterdam.

Desde entonces, el proyecto ha movilizado a más de 3 millones de jóvenes. Un total de 268.143 jóvenes europeos entre los 18 y los 30 años disfrutaron del intercambio durante el período lectivo de 2012/2013. Según los datos de la Comisión Europea, de todos ellos, España recibió 40.202 estudiantes; y a su vez, 39.249 españoles cruzaron nuestras fronteras. Estos datos convierten a España en el mayor receptor y emisor de alumnos sujetos a este programa.

Precisamente un mayor número de becados motiva, en parte, que la cuantía española sea la más baja de la UE. El curso pasado los españoles recibieron de media 143 euros al mes frente a los 272 de la media comunitaria. En Liechtenstein fueron 616 euros al mes.

Con los cambios introducidos en el último año por el Ministro de Educación, José Ignacio Wert, los principales requisitos para optar a la beca a partir del curso 2014-2015 son el certificado B2 en la lengua de docencia de destino y tener superados al menos 60 créditos de la carrera.

La beca tiene una duración de tres meses a un año; aunque debido a los recortes, el Ministerio de Educación, Cultura y Deporte, a partir del curso 2014/2015, solo ayudará a la financiación de una estancia máxima de 5 meses. El alumno que lo desee podrá permanecer hasta un año pero costeado por su propio bolsillo. El coste de vida puede ser muy diferente según el país de destino.

Históricamente, la financiación provenía de la Comisión Europea, del Ministerio de Educación, de a Junta de cada Comunidad Autónoma (la Junta de Castilla y León ya no da nada), de la Universidad (la Uva concede una ayuda para el viaje con una cantidad fija para cada país) y de otras instituciones privadas.

La beca Erasmus, además de formación académica, marca un punto de inflexión. Un conjunto de experiencias lo suficientemente intensas como para provocar en los jóvenes cierta nostalgia y una actitud más crítica frente a la continuidad de su anterior vida y de su futuro. Una generación que cuando pasen los años cambiará las historias de la mili por las del Erasmus.