V Cumbre Mundial del Microcrédito

Yunus apuesta por los negocios sociales, sin beneficios ni pérdidas, para reducir la pobreza

  • El Premio Nobel de la Paz apoya formar 'joint ventures' con empresas para impulsar negocios juntos y anuncia que está intentando crear un banco de patentes sociales.

ICAL

El Premio Nobel de la Paz y creador de la idea de los microcréditos, Muhammad Yunus, hizo este martes una encendida defensa de la utilidad de las empresas sociales para luchar contra la pobreza en el mundo. "Yo no me he separado de los microcréditos y me he ido a los negocios sociales, siempre he considerado los microcréditos como un negocio social", resaltó Yunus, quien explicó que su filosofía de vida se basa en que cada vez que ve "un problema" crea "una empresa para resolverlo" porque cree que es "la forma más eficaz".

"Se puede dar una vuelta al mundo si nos centramos en los negocios sociales", remarcó el fundador del Grameen Bank de Bangladesh durante la tercera sesión plenaria de la V Cumbre Mundial del Microcrédito, que se celebra en Valladolid hasta el jueves, dedicada a los 'Negocios sociales y microfinanzas: creando asociaciones con corporaciones y otras entidades para acelerar el fin de la pobreza', presidida por la secretaria de Estado de Cooperación Internacional, Soraya Rodríguez, y en la que también intervinieron el presidente y director ejecutivo del Grupo Danone, Franck Riboud, y el director general de Microbank, Albert López.

Yunus defendió que los microcréditos son "una idea totalmente social" y que él nunca ha tenido "intención de ganar dinero", ya que de hecho ha creado más de 50 empresas, cada una para "resolver un problema" concreto y todas con la filosofía de no tener ni dividendos ni pérdidas, y no posee "ni una sola acción" de ninguna de ellas.

Dentro de esa actividad, apostó por crear 'joint ventures' con empresas para poner juntos en marcha negocios sociales que permitan "cambiar las vidas de las personas de forma positiva" y puso como ejemplo Grameen Danone, creada con la multinacional francesa y que ha permitido instalar una fábrica en Bangladesh para elaborar yogures ricos en nutrientes destinados a los niños desnutridos a un precio muy bajo.

"Esto no es para que ganen dinero ni Grameen ni Danone, pero tampoco para que tengan pérdidas porque ninguna empresa quiere tener pérdidas", explicó Yunus, mientras que el presidente del grupo galo defendió que una empresa "no puede tener resultados económicos si no tiene un progreso social y viceversa".

Riboud incidió en que "los negocios sociales son negocios" y hay que "obtener beneficios" para poder seguir trabajando y también para cumplir los compromisos con los accionistas, que son realmente los dueños de las empresas e "invierten para sacar dinero". "Yo no puedo cambiar las reglas del juego, pero sí puedo tener una actitud que atraiga a ciertos accionistas que compartan mi visión del mundo", remarcó.

Asimismo, aludió a que las empresas tampoco deben dejar de lado su actividad tradicional y a que tienen que hacer un gran esfuerzo cuando se embarcan en proyectos de este tipo porque deben "reinventar completamente" su modelo de negocio.

Proyectos de futuro

El Premio Nobel de la Paz destacó que hay otras muchas firmas interesadas en montar con ellos empresas sociales, algo muy interesante porque tienen "mucha capacidad tecnológica y pueden dar soluciones a los problemas del mundo", e indicó que están "estudiando cómo hacerlo". En este marco, comentó que uno de los proyectos que tiene en estos momentos en marcha Grameen es una 'joint venture' con Adidas para producir zapatillas para los más pobres con un precio de menos de un dólar.

"Nuestro modelo de alianza es muy simple: nosotros sólo ponemos como máximo 1.000 dólares y el resto lo pone la empresa que se quiere asociar con nosotros, y luego trabajamos codo con codo para diseñar una solución a un problema concreto y les ayudamos a llegar a los más pobres", explicó Yunus.

El creador de los microcréditos explicó que su organización está además en contacto con numerosas firmas para intentar crear un banco de patentes sociales, en el que las empresas depositen patentes que ya no usan para que las puedan utilizar los pobres de forma gratuita para crear empresas sociales.

Optimismo

El Premio Nobel de la Paz se mostró optimista de cara al futuro de la humanidad ya que aseguró que en momentos como los actuales, con una crisis mundial muy grave, "mayores son las oportunidades para cambiar" y "rediseñar el sistema". "Ese cambio tendría que tener en cuenta que estamos obsesionados por tener dinero y sólo pensamos en nosotros mismos; ahora es el momento de los negocios sociales", remarcó.

Asimismo, desatacó que la generación actual de jóvenes tiene "una gran suerte" porque las nuevas tecnologías les han dado "el poder de la comunicación sin límites y sin costes", lo que hace que puedan "cambiar el mundo, incluso individualmente". "La pregunta es qué tipo de mundo se quiere y, cuando se tenga la respuesta, simplemente hay que ir a por ello", aseveró.

En este contexto, Yunus defendió que los microcréditos "pueden funcionar en cualquier tipo de circunstancia" y en cualquier país del mundo, y que, a pesar de los abusos de algunas personas que han intentado utilizar estos instrumentos para "hacer dinero" desprestigiándolos, las personas que están detrás de ellos siguen "totalmente comprometidas" con mejorar la vida de los más pobres.

Ejemplos españoles

Por su parte, el director general de Microbank de La Caixa, Albert López, expuso a los asistentes a la cumbre el modelo de microcréditos que han impulsado las cajas de ahorro en España, que en su caso ha derivado en la creación en 2007 de "un banco social pero sostenible económicamente" que, gracias a "múltiples alianzas" con organizaciones y entidades, realiza pequeños préstamos no sólo a las personas más desfavorecidas sino también a los emprendedores, lo que consideró "muy necesario" para superar la difícil situación económica del país.