Diecesiete jóvenes se daban cita en el tentadero que como es tradicional seguía al desenjaule. Pero todos los focos se los llevó él. Marco Pérez tiene ocho años y se enfrentó a un becerro de López Chaves con un desparpajo que desarmó al tendido de la Glorieta. Con alguna dificultad para fijar a su pequeño enemigo, Marco se acabó haciendo con él en los medios.

Ahí no faltaron hondas verónicas y luego todo un recital con tandas de derechazos y en redondo, pases de pecho y al final, desplante con la rodilla en la tierra que acabó por desarmar al medio tendido de La Glorieta. Tiempo al tiempo, pero parece que ha nacido una estrella.

Imágenes cortesía Chopera Toros