CAZA

Perspectivas de la media veda: distribución irregular y más codornices al sur de Castilla y León

El presidente de la Federación de Caza asegura que todavía hay fincas sin cosechar en la zona norte de la región, donde está prohibido cazar

Ical

La media veda en Castilla y León se presenta con "malas perspectivas" por la distribución irregular de la "especie reina", que podrá avistarse, este año al contrario que otros, en las provincias de Burgos -que siempre tiene el mayor índice de capturas-, Valladolid, Segovia y Zamora.

El presidente de la Federación de Caza de Castilla y León, Santiago Iturmendi, avanza que los cazadores encontrarán en la zona norte de Palencia, León y Burgos muchas fincas "sin cosechar con trigos en pie" y recuerda la prohibición que existe de cazar en las mismas. En esta tierras de cultivo se refugiarán muchas codornices y según vayan cosechando migrarán a otros lugares cercanos para guarecerse.

Una de las provincias con menos ejemplares de caza menor es Soria, ya que los agricultores han visto "muy poco ejemplares", exceptuando también en su franja norte, y destaca, que al contrario que otros años, se han avistado "más de lo normal" en el sur de la Comunidad, es decir, en las provincias de Valladolid, Segovia y Zamora. "Existe una distribución muy irregular de la codorniz. Hay zonas donde hay y otras donde no se ve volar una", recalcó.

La Junta de Castilla y León fija 20 días hábiles para la media veda en Burgos, Palencia, Segovia, Soria, Valladolid y Zamora; 19 para Ávila y León; y 17 en Salamanca.

Las especies que se pueden cazar en Castilla y León son, según la resolución de la Dirección General de Medio Natural: codorniz, tórtola común, paloma torcaz, urraca, corneja y zorro. La media veda se cierra el 20 de septiembre. Para la tórtola común y la paloma torcaz se retrasa el comienzo de la época hábil al 21 de agosto. El número máximo de piezas a cobrar por cazador y día se fija para codorniz en 30 y para la tórtola común en ocho.

Santiago Iturmendi subraya la necesidad de que la caza vaya "de la mano" de la agricultura, es decir, que los campos con cotos de caza menor tengan unas condiciones aptas para la vida animal. Detalla que "existe la mala costumbre de pasar la grada a las fincas de cereal, sin dejar una brizna de paja en las fincas" y el uso de productos fitosanitarios que perjudican a la avifauna.

En este aspecto, augura que llegará un momento que la caza se agote en el medio rural, por lo que se dejará de percibir la renta más importante en estas zonas, al tiempo que insta a la Administración regional a poner en marcha las medidas que contempla la PAC y a buscar fórmulas que permitan que el agricultor no merme su rentabilidad económica, pero que sea compatible con la vida animal.

La Federación de Caza de Castilla y León advierte de que la "frustración del cazador", que sale al campo sin hallar vida animal, ha provocado la bajada del número de licencias administrativas tramitadas en la región, que no llegan a 100.000, frente a los 170.000 que se registraron en la década de los 90.

En este aspecto, achaca la bajada al escaso número de aves, que provoca que "la gente se aburra al salir al campo, ya que no cazan nada". "Existe una falta de relevo generacional, los jóvenes, hijos de cazadores, optan por no heredar esta afición ante la falta de atractivo", comenta.

Por último, el presidente de la Federación recuerda que, a pesar de las "malas prácticas" en los campos de cultivo, no es "real" que el número de codornices en España haya disminuido. Los datos de capturas de los primeros años del siglo XXI mantienen la misma tónica que los últimos 20; en España se capturan una media anual de 1.300.000 codornices, de las cuales la mitad se cazan en Castilla y León.

"Castilla y León ha visto bajar sus ejemplares en un 12 por ciento, pero Aragón ha subido un 15. También se cazan más codornices en Castilla-La Mancha y Andalucía porque hay más zonas de regadío y más frescor", indicó.