EBAU

Los estándares que han complicado la Historia de España

Los profesores de Historia tuvieron que adaptar la asignatura un mes antes de terminar el curso

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Sandra Vasallo / Lucía Rodil

El 23 de diciembre, en plenas vacaciones escolares y con un trimestre ya impartido según las normas del año pasado, el Ministerio de Educación publicó la lista de "estándares de aprendizaje" que serían objeto de examen para la Evalución de Bachillerato, selectividad, EBAU, EVAU, ABAU o comoquiera que se ha llamado en las distintas Comunidades Autónomas.

Pretenden, las autoridades, que el cambio es insignificante pero en las aulas ha supuesto un considerable revuelo y disgusto. La intención puede ser loable: homogeneizar los conocimientos por los que se va a valorar a los alumnos de todo el país que, con notas obtenidas de pruebas dispares, competirán por las mismas plazas universitarias. Pero teniendo en cuenta que la norma se emitió la víspera de Nochebuena, que hasta entrado enero los profesores no se llevaron el susto y que tardaron un mes más en fracasar en su desesperado intento de que los alumnos no pagaran los platos rotos de un conflicto político y se prorrogara el modelo de la PAU del año anterior, llegó Semana Santa y en las aulas las clases seguían como siempre: se impartían 18 temas, no 97 estándares.

Se preparaba a los alumnos para desarrollar un tema, no para ajustarse a un epígrafe cuyo contenido y límites, cuya respuesta, nadie ha previsto. No hay libro, no hay apuntes: hay un experimento que entra en vigor a mitad de curso, la evaluación final es en mayo. "El estándar de la orden dinástica es una canallada", afirma un profesor de Valladolid. "Yo les dije a los alumnos que huyeran de ahí si lo veían. Porque ¿quién define lo que entra? ¿Hasta dónde? ¿Qué es y qué no es característica de la Unión Dinástica?" Se refiere al primer estándar del bloque 3: Define el concepto de "unión dinástica" aplicado a Castilla y Aragón en tiempos de los Reyes Católicos y describe las características del nuevo Estado. "Los alumnos, si se les explican con claridad, los estudian. Pero esos estándares ni siquiera yo los sé elaborar con claridad. Ni daba tiempo, estábamos en abril, a un mes de terminar".

A toda prisa, muchos profesores trataron de dar respuesta a esa larga lista de preguntas sobre la marcha de las últimas semanas o durante sus vacaciones de Semana Santa: fabricaron apuntes para los chavales. Otros, no. Se limitaron a decirles que fueran ellos los que extrajeran la información de los temas (los 18 de siempre) que daban en clase. O que la buscaran en internet. De eso se quejaban algunos alumnos después del examen, de no tener sufiiciente contenido para que su respuesta pudiese valer dos puntos.

Probablemente, para alguien que domina la Historia de España, es irrelevante que un examinador le pida explicarla en preguntas cortas, en líneas del tiempo, a través de conceptos, estándares o un tema principal para desarrollar. Los alumnos de segundo de Bachillerato no dominan la Historia de España. La estudian, junto a otras seis o siete asignaturas.