Pedro Fernández, natural de Ávila, se define como un artesano del bordado. Su labor es meticulosa, puntada a puntada, sin ayuda de máquinas. Así elabora los diseños que lucen los mantos o las sayas de las Vírgenes en Semana Santa.
El proceso es largo desde el boceto a la realidad en la estación de penitencia.De meses e incluso de años. En su corta trayectoria ha conseguido que Hermandades de Cádiz y Córdoba hayan confiado en él, además de algunas abulenses. Este año ha cumplido un sueño, contribuir en el patrimonio de la sevillana Esperanza de Triana.