LITERATURA | Reportaje

Una oportunidad única

  • Se repiten los calificativos: 'Escaparate excelente, ocasión única, marco ideal...'
  • los escritores que recalcan la importancia del castellano como un idioma universal

Ical / Valladolid

A falta de menos de una semana para que arranque en Guadalajara (México) la Feria Internacional del Libro (FIL), hemos hablado con una amplia representación de los escritores que representarán a la región en el certamen, donde la Comunidad acude como invitada bajo el lema ‘Castilla y León, cuna del español’.

"Escaparate excelente", "ocasión única", "marco ideal" o "gran oportunidad" son algunos de los calificativos que repiten sobre la cita literaria más importante del mercado mundial de las letras, donde los escritores de la autonomía recomiendan que Castilla y León sea "fiel a sí misma" y muestre y difunda "su valiosísimo patrimonio lingüístico y literario".

"Es un estupendo escaparate y confío en que Castilla y León lo aprovechará en todos los sentidos", destaca el salmantino Luciano G. Egido, mientras el biógrafo de Miguel Delibes, Ramón García, espera que la oportunidad sirva para "dar a conocer la gran literatura de Castilla y León en todos los tiempos, antes y ahora".

Para el vallisoletano Rubén Abella, "la Feria de Guadalajara es, posiblemente, el más vistoso escaparate del mundo editorial y literario en lengua española", y por ello entiende que la Comunidad está ante "una ocasión única para mostrar sus credenciales más sólidas, basadas en la tradición y la herencia, pero también en la modernidad, en la actual vitalidad y fuerza creativa de Castilla y León".

"Está claro que ningún certificado de origen avala la calidad, pero en Castilla y en León han nacido muy buenos escritores y es bueno llamar la atención sobre ello", apunta el leonés Juan Pedro Aparicio sobre una idea en la que también coincide el vallisoletano Gustavo Martín Garzo, para quien "es indiscutible que la nómina de grandes escritores que puede presentar Castilla y León al mundo en cualquier feria es apabullante. Ésta puede ser una ocasión estupenda para dar a conocer la obra de autores que quizá fuera del ámbito nacional no son todo lo conocidos que merecen".

La palentina Esperanza Ortega redunda en esa convicción de que "la lista de grandes autores nacidos en Castilla y León es interminable", si bien los literatos latinoamericanos "no pueden sentirse como ajenos, ya que siempre encontramos en ellos el eco de las voces nuestras, y en nuestras voces el eco de las suyas". "Castilla es la patria de todos, al menos en la literatura, y en México la Comunidad debería de aprovechar para reencontrarse, para reconocerse y descubrir un nuevo rostro en espejo", sentencia.

Para el Premio Cervantes Antonio Gamoneda, esa idea del diálogo entre culturas resulta fundamental. En su opinión, Castilla y León debería aprovechar su protagonismo en el certamen "promoviendo una mayor comunicación y un mayor conocimiento, una y otro recíprocos, de la literatura que se hace en las dos orillas del Atlántico; es decir, favoreciendo el intercambio, tanto comercialmente como en modo no venal, de las publicaciones de acá y de allá, que, a día de hoy, es muy insuficiente".

Con él coincide otro leonés ilustre, José María Merino, quien asegura que la FIL "es un escaparate muy importante en Hispanoamérica" y manifiesta su confianza para que el certamen sirva para subsanar una carencia: "La dimensión real de muchos escritores de la Comunidad de Castilla y León no se corresponde con su repercusión en el enorme ámbito del español".

Para el bañezano afincado en Salamanca Antonio Colinas "es una ocasión muy especial en la cual se hará justicia internacionalmente a la obra de nuestros escritores. Allá donde vamos nos preguntan siempre por ellos, por el fenómeno literario de los autores de Castilla y León, y la Feria de Guadalajara puede ser un marco ideal para poner de relieve nuestra literatura".

Para el vallisoletano Alejandro Cuevas, la FIL cumplirá varios objetivos: "A Castilla y León le servirá para que muchos extranjeros la sitúen en el mapa, y a editores y autores puede servirles para oxigenarse y ampliar las miras. Fundamentalmente, el objetivo tiene que ser establecer vínculos que den frutos algún tiempo después".

En ese sentido, de nuevo Martín Garzo lamenta el "terrible problema de incomunicación literaria con Latinoamérica", a la vez que asegura que "estos encuentros son muy buenos para que nosotros nos enteremos de lo que se está haciendo allí, y ellos puedan tener conocimiento de lo que se hace aquí.

Se trata de crear puentes, porque al fin y al cabo estamos utilizando la misma lengua". El Premio Nacional de Narrativa apela a la humildad para "mostrar lo que tenemos, que es mucho", algo en lo que hace hincapié el madrileño de corazón berciano Raúl Guerra Garrido, que opina que "cuando te ofrecen un escaparate lo mejor es mostrarte tal cual eres, sin mayores temores ni timideces, pero también sin grandilocuencia".

Una lengua universal

Son varios los escritores que coinciden en recalcar la importancia del castellano como un idioma universal. De esa forma, el zamorano José González Torices reclama que en México "se refleje esa universidad que es la palabra, el hombre y el paisaje", y se ofrezca la Comunidad como "un libro abierto al mundo hispánico", en el cual se muestre "la fuente de inspiración literaria" que es esta tierra.

Para el dramaturgo José Luis Alonso de Santos, último Premio Castilla y León de las Letras, será importante que la región defienda "nuestra lengua como mucho más que una forma de comunicación", ya que "es toda una lectura del mundo". "Tenemos que estar orgullosos de nuestro pasado en todos los sentidos, y hacer una propuesta de futuro abierta al horizonte, como ha hecho siempre Castilla y León", sugiere.

El leonés Ernesto Escapa recomienda asimismo "evitar reduccionismos" para "ofrecer una imagen que corresponda a nuestra personalidad, que es abierta y plural". "Somos el territorio donde nació una lengua que ahora no tiene fronteras, una lengua que se ha enriquecido cuando se ha mezclado con otras culturas y cuando se ha dado la palabra a otras voces de territorios diferentes", añade.

Para el salmantino José Luis Puerto, "el castellano es hoy uno de los vehículos de comunicación más importantes en el mundo y su legado literario es inmenso. Ha adquirido una universalidad tal que ya pertenece a todos los seres humanos, y en Guadalajara hay que intentar mostrar el pasado, el presente y la proyección de futuro que tienen tanto nuestra lengua como nuestra literatura". En su opinión, "Castilla y León tiene que mostrar cómo todo su patrimonio se encuentra hoy vivo y se está renovando, a través de los escritores de esta tierra, que siguen creando con vocación de ensanchar todo este patrimonio de belleza".

Esa apuesta por el futuro también se encuentra en la reflexión del zamorano Luis García Jambrina, que subraya que Castilla y León es "una Comunidad con mucha historia y con una gran tradición, pero sobre todo con un inmenso futuro por delante, si sabemos aprovechar bien nuestras potencialidades". Por ello, sugiere que se aproveche la FIL para "intentar mostrar nuestra singularidad, que es precisamente lo que nos hace más universales".

De aprovechar esas potencialidades, de capacidad de "trabajo y esfuerzo individual" también habla el vallisoletano Ángel Vallecillo, que propone demostrar en México "qué nos diferencia y si seguimos siendo una referencia mundial del castellano". "Se sobrevive de las rentas pero sólo se progresa con trabajo. Ahora tenemos la oportunidad de llegar a Guadalajara y trabajar intensamente cada hora que estemos allí", afirma.

El libro, protagonista

Con voluntad de que las letras de la región sigan en el futuro gozando de un protagonismo envidiable, el soriano J.Á. González Sáinz propone que la participación en la FIL sirva para "tomar conciencia de lo que falta en la Comunidad, por ejemplo una industria editorial privada de envergadura, ya que algunas de las que hay tienen mucho mérito, pero son pequeñas". El ganador del Premio Anagrama asegura que "una feria es lo que es, y se va allí a vender y a que te vean para vender luego. Es economía, y la cultura y la lengua tienen también ese componente por el cual Castilla y León tendría que apostar mucho más", explica.

"Ya que se trata de una Feria del Libro, Castilla y León debería centrarse en la promoción de los creadores y las editoriales de la región. El objetivo debería ser algo tan sencillo como que nuestros libros llegaran a los lectores de México y de toda América, y que se consiguieran traducciones para Estados Unidos, Canadá o Brasil", refrenda el burgalés Óscar Esquivias.

En ese concepto, de centrar la atención sobre la industria literaria, también incide el poeta vallisoletano Eduardo Fraile Valles, quien asegura que "la Feria del Libro de Guadalajara es un escaparate excelente y nuestras autoridades culturales han diseñado, en consecuencia, toda una operación de imagen. Es lo lógico. ¿Quién no haría lo mismo? Ahora bien, quizá hubiéramos debido centrarnos en lo literario, que suficientemente amplio es ya de por sí, y no querer abarcarlo todo. Cocineros, enólogos, grupos de música y de teatro, ¡disc jockeys!, ¡toreros!, artistas plásticos, cine, turismo… ¿No es algo excesivo para una feria ‘del libro’ que dura una semana?", se interroga.