En los últimos seis meses ha llovido en la provincia de León más que en este mismo periodo de los últimos 100 años. Una situación totalmente anómala que afecta a los agricultores de regadío, sobre todo de remolacha y maíz. En muchos casos, todavía no han podido plantar la cosecha de este año y puede que no consigan hacerlo hasta dentro de algunas semanas porque las fincas siguen inundadas e impracticables.
Las zonas del Páramo, el Porma y Payuelos son las más afectadas. Por eso, la federación de regantes pide para ellas la declaración de zona catrastrófica y medidas de ayuda por parte de las instituciones.
Medidas como flexibilidad en el cultivo a sembrar subvencionado por la PAC o moratorias en los pagos a la CHD, a la seguridad social o a las entidades financieras por los créditos que tienen suscritos los agricultores.