La globalización está haciendo perder a las ciudades parte de su identidad. Las tiendas de toda la vida poco a poco van dejando paso a franquicias o grandes cadenas. Y este cambio se nota también en los rótulos y carteles de las calles. En Valladolid un grupo de artistas han reflexionado sobre la importancia de estas letras tan familiares y cotidianas a través de una exposición en el Museo Patio Herreriano.
A través de fotos, dibujos y cuadros nos encontramos con estos supervivientes de otro tiempo. Carteles de toda la vida, testigos y protagonistas de la historia de una ciudad. Resisten a la uniformidad de la globalización, porque, como explica la comisaria de la exposición, Laura Asensio, "cada vez hay más franquicias, y muchos de los rótulos que hemos fotografiado pertenecen a locales vacíos, con el cartel de 'se alquila' o 'se vende'". De hecho, también hay algunas imágenes de letreros históricos ya desaparecidos.
De recopilar la parte fotográfica se han encargado Miriam Chacón, redactora gráfica de la agencia ICAL, y José Ignacio Gil, periodista y artista visual. "La selección fue complicada, porque había muchos carteles que nos encantaban, pero por función tipográfica unos encajaban mejor que otros", explica Chacón. Pero todos comparten el hecho de formar parte de nuestra memoria sentimental, como señala Gil: "Las imágenes capturadas en todos los barrios a cada uno nos evoca una historia de nuestro entorno, de nuestra vida cotidiana".
Entre las obras más llamativas están las tres pinturas aportadas por Pati Duque: el antiguo cine Roxy, el desaparecido bingo Reggio y el pub Patton, que, al igual que su rótulo, resiste desde hace cuatro décadas. "El Patton tiene los mismos años que yo, es del 77; me alegra que siga manteniendo su esencia y espero que siga así por mucho tiempo", explica la pintora.
La exposición tiene una parte didáctica. Nos quieren explicar la importancia de elegir un tipo de letra adecuado. Porque, como explica la comisaria de la exposición, "la tipografía es el vestido del lenguaje y habla por sí misma; yo hoy me he vestido de una manera especial para vestir aquí, pero si voy a una boda me visto de otra manera".
Es la visión reflexiva de 13 creadores vallisoletanos sobre este pequeño tesoro: la identidad gráfica de una ciudad.