MEDIO AMBIENTE | Una situación mejor que en 2011

Valladolid registró 86 días con mala calidad del aire en 2012 según las recomendaciones de la OMS

  • Ecologistas en Acción insiste en que es necesario reducir el uso del automóvil en la ciudad para 'garantizan la protección de la salud de las personas'.

rtvcyl.es

Las estaciones de control de la contaminación atmosférica de Valladolid registraron el año pasado 86 días en los que se superaron los niveles de partículas en suspensión o de ozono recomendados por la Organización Mundial de la Salud (OMS), una situación mejor que la de 2011, cuando hubo más de 100 días con mala calidad del aire, aunque, según alertó este miércoles Ecologistas en Acción, "siguen siendo muchísimos días, casi la cuarta parte del año", porque estos niveles "no garantizan la protección de la salud de las personas", por lo que pidió un mayor control de la circulación de vehículos por la ciudad.

Miguel Ángel Ceballos, de Ecologistas, recalcó que en 2012, al igual que "desde hace al menos dos décadas", "todas las estaciones" ubicadas en la capital rebasaron los niveles recomendados en varias ocasiones. Además, explicó que la mejoría respecto al ejercicio precedente se debió a "factores coyunturales", por una parte a la reducción del uso del automóvil en la ciudad debido a la crisis económica y, por otra parte, a que hubo "una situación meteorológica favorable", con menos calor en verano, lo que hizo que bajara el ozono, y con un invierno actual más húmedo y con más lluvias que el pasado, lo que provoca una disminución de los niveles de partículas en suspensión.

Ceballos indicó que Valladolid se sitúa en "una situación intermedia" respecto a otras ciudades españolas de un tamaño similar y que "sí cumple los niveles legales" establecidos por la Unión Europea y por el Gobierno español, pero remarcó que estos baremos "se han ido haciendo más permisivos en los últimos años a la vista de que no se iban a cumplir si no se tomaban medidas radicales de control de la circulación de vehículos, a las que las autoridades no estn dispuestas". Por ello, insistió en que "el cumplimiento de la normativa no garantiza la calidad del aire" ya que ésta no sigue "las recomendaciones de las autoridades sanitarias internacionales".

Dado que, según Ecologistas en Acción, "la responsabilidad fundamental" de estos altos niveles de contaminación es "el uso masivo e indiscriminado del automóvil", la organización insistió en pedir al Ayuntamiento de Valladolid que tome medidas para facilitar que los ciudadanos usen "medios de transporte alternativos, como el autobús, la bici o ir a andando". Asimismo, solicitaron que el nuevo Plan General de Ordenación Urbana (PGOU) "evite desbordar los límites de la ciudad más allá de las rondas de circunvalación" para que los desplazamientos "no sean muy largos" y así los vallisoletanos no tengan que recurrir al coche para sus traslados diarios. "Es un problema serio y falta que los ciudadanos y, sobre todo, las autoridades se conciencien de que hay que reducir el uso del automóvil", remarcó Ceballos.

Según los datos recogidos por Ecologistas en Acción, las cuatro estaciones de control vallisoletanas que durante el año pasado midieron las partículas en el aire registraron niveles superiores a las recomendaciones de la OMS tanto en la media anual como en la diaria. Respecto al ozono, durante 40 días del verano pasado, la quinta parte del periodo de riesgo (abril-septiembre), se rebasó el nivel admisible según esta organización internacional.

Al respecto, Ceballos indicó que estos datos serían aún peores porque denunció que el Ayuntamiento de Valladolid, al igual que los de otras ciudades de España, "ha recolocado en los últimos años las estaciones medidoras que daban peores datos en sitios menos conflictivos".

Por último, insistió en que estos dos factores contaminantes perjudican especialmente a sectores "sensibles" de la población, como los niños, los mayores y las personas con problemas respiratorios. Así, las partículas en suspensión están relacionadas con enfermedades respiratorias y cardiovasculares, y con tumores en las vías respiratorias y los pulmones, mientras que el ozono es un contaminante que provoca un incremento de los riesgos de enfermedades respiratorias agudas y reducción de la función pulmonar, así como el agravamiento de patologías cardiovasculares.