En algunos hogares de León los adornos navideños se completan con otro mucho más autóctono, el ramo leonés. Una costumbre de raíz precristiana que estuvo a punto de perderse. Actualmente hay 160 ramos catalogados que admiten todo tipo de elementos, lazos, velas, frutas e incluso rosquillas.

Su origen fue una rama de árbol como culto a la fertilidad y preludio de la primavera. Una costumbre pagana que la iglesia adoptó en las pastoradas. A la hora de vestir el ramo se cuelgan las ofrendas, lazos, mantones, hilos de lana, puntillas o bordados. Esta emparentado con el centroeuropeo abeto de navidad con el que aprende a convivir.

La asociación Raigañu tiene catalogados en la provincia leonesa más de 200 ramos, desde los 50 cm hasta el más grande que se procesiona en Laguna de Negrillos y supera los tres metros de altura.

La ofrenda va acompaña de los cantos de la mozas lo que popularmente se llama cantar el ramo, que simboliza la navidad más leonesa.