Continúa el goteo constante de casos de intoxicaciones por la mala combustión de calefacciones y braseros en las viviendas. En los meses más fríos, los bomberos reciben diariamente avisos por lo mismo: Intoxicaciones por monóxido de carbono que tienen su origen en una mala combustión del sistema de calefacción.

Los síntomas son dolor de cabeza, mareo, un poco de confusión, somnolencia... Los bomberos indican que en esta época se pueden confundir con los mismo síntomas de la gripe.

En las calderas actuales, el problema suele surgir por una mala ventilación. Si la llama es anaranjada y no azul, o si los sistemas de evacuación tienen manchas, el aparato no está funcionando bien y el monóxido de entra en la vivienda.

Un fallo que comete la gente es tapar las rejillas de ventilación de las cocinas para que no entre frío en invierno, cuando son necesarias despejadas para que se renueve el aire.

Ese monóxido también lo producen los sistemas tradicionales que ahora, sobre todo en los pueblos, se han vuelto a rescatar. Son braseros, bilbaínas, estufas catalíticas de gas. También se produce por la falta de mantenimiento de las calderas. Por eso recomiendan revisiones periódicas de nuestra calefacción. Porque lo más barato puede suponer un coste realmente alto.