La polémica está servida. El filósofo José Antonio Marina, encargado de redactar el documento base para el futuro Pacto de Estado por la Educación, ha avanzado que propondrá que el sueldo de los profesores sea proporcional a su buena o mala labor. La tormenta ya se ha desatado, aunque desde la Junta de Castilla y León, el consejero prefiere ser prudente.
Por su parte, los sindicatos educativos hacen frente común y muestran su frontal oposición a este sistema porque cada centro, dicen, es un mundo. Tampoco les gusta otra de las propuestas: un mayor control de la labor docente. Creen que ya hay evaluaciones de sobra, y que el problema es otro.