Para ir metiéndose en el papel de una estrella de la música, no hay nada como pasar previamente por el photocall. Y que comience el espectáculo. Nada de sentarse en silencio a ver la película. Aquí se viene a bailar. Y de eso se encargan los animadores. Que además nos enseñan las coreografías.
Si no eres capaz de seguir el ritmo, siempre puedes dar palmas. Porque hay películas a prueba de generaciones. Y espectáculos como este Sing Alone que garantizan la diversión hasta entre los públicos más complicados.