MEDIO AMBIENTE

Greenpeace exige a Industria el fin del 'espectáculo' de Garoña y que proceda ya a su desmantelamiento

Desde la organización ecologista se asegura que 'da la sensación de que solo el Ministerio de Energía quiere mantener la planta en funcionamiento'

Ical

Greenpeace ha presentado este viernes las alegaciones al proceso de reapertura de la central nuclear de Santa María de Garoña al tiempo que solicita al Ministerio de Industria que  finalice ya con el "espectáculo" sobre el futuro de Garoña, "ya que parece que nadie, salvo el propio Ministerio, tiene interés en mantener la planta en funcionamiento".

En un comunicado, la organización ecologista entiende que "el ministro de energía, Álvaro Nadal, deberá tener en cuenta además de a las partes personadas, la opinión mayoritaria del Congreso de los Diputados y el comportamiento de los dueños de Garoña a fin de determinar su idoneidad para la explotación de la central nuclear, ya que Iberdrola no quiere la reapertura y Enel-Endesa solo quiere sacar tajada y que le compensen por el cierre", ha declarado Raquel Montón, responsable de la campaña nuclear de Greenpeace. 

Del mismo modo, recuerda que Garoña cumplió 40 años de vida operativa en 2011 y tenía permiso de operación hasta el 6 de julio de 2013, pero la empresa propietaria, Nuclenor (participada al 50% por Endesa e Iberdrola), pidió el cese de actividad en diciembre de 2012. 

En sus alegaciones, Greenpeace denuncia las decisiones "totalmente contradictorias tanto por parte del Gobierno como de la empresa titular de la central", así como los cambios regulatorios "que han sido radicales y de gran envergadura". Como consecuencia, sostiene que Nuclenor ha podido llegar a tramitar una prórroga de la autorización de explotación al mismo tiempo que gestionaba otro procedimiento encaminado al cierre de la instalación.

Asimismo, asevera que deficiencias derivadas del informe del Consejo de Seguridad Nuclear (CSN), en cuanto al cumplimiento de las condiciones de seguridad como requisito previo, así como la "falta de un pronunciamiento" sobre el plazo máximo de vigencia, y la falta de motivación de este informe del CSN.

En las alegaciones tiene en cuenta las alteraciones del procedimiento previsto en el Reglamento de Instalaciones Nucleares y Radiactivas (RINR), es decir aplicar el reglamento después de conceder la autorización, y la contradicción en la que incurre la autorización de explotación debido a que sería para no cargar combustible ni producir electricidad.

Asimismo, entiende que los costes medioambientales y los intrageneracionales "son muy elevados", ya que la energía nuclear "es el mejor ejemplo de traslado de costes a las futuras generaciones", a través del legado de residuos nucleares y del riesgo inherente a esta instalación. "Garoña es prescindible respecto a la seguridad de suministro, tal y como hemos podido comprobar durante estos años desde que Garoña mantiene su cese de actividad", finaliza.