Antonio Renedo / rtvcyl
Todo son interrogantes en torno a la futura Ley Electoral sobre la que trabaja el Gobierno. Conocemos el titular: la pretensión de que gobierne la lista más votada. Pero poco más.
En los últimos días se ha filtrado el porcentaje mínimo que debería conseguir un alcalde para hacerse con el bastón de mando, el 40 por ciento del sufragio o la distancia de cinco puntos con el segundo partido para evitar una segunda vuelta.
El sociólogo Cayo Sastre asegura que todos los sistemas democráticos tienen sus imperfecciones, pero que "el que se pretende aprobar se aplica en otros países europeos con muy buenos resultados".
¿Cómo se designaría a los concejales? ¿Podrían vetar las decisiones del alcalde? ¿Afectaría a la gobernabilidad? ¿Desaparecerían las mociones de censura? Son preguntas que, de momento, no tienen respuesta.
Cayo Sastre es un firme defensor de este sistema, incluso defiende que se amplíe a las elecciones autonómicas y generales.
El recorrido de la reforma es corto en el tiempo, pero largo en el contenido. Se baraja el horizonte de mayo de 2005 para que esté lista y aprobada. Para muchos el gobierno se apresura y, lejos de censurar la ley, critican que no haya consenso entre los dos grandes partidos.