INFORME OCDE | PISA 2012

El sistema educativo español no corrige lo suficiente las desigualdades socioeconómicas

Los alumnos de colegios concertados tienen una probabilidad un 33% menor de bajo nivel académico que los de los públicos

Europa Press

Los estudiantes que proceden de un entorno socioeconómico desfavorecido tienen una probabilidad tres veces mayor de tener bajo rendimiento académico que los de entornos más favorecidos, según el informe de 'Estudiantes de bajo rendimiento: Por qué se quedan atrás y cómo ayudarles a tener éxito' de la OCDE, publicado este miércoles 10 de febrero, en base a los resultados de PISA 2012.

Entre las conclusiones de este trabajo también destaca que los alumnos que asisten en España a colegios concertados tienen, de media, una probabilidad del 33% menor de tener malos resultados académicos que los que van a centros públicos. PISA define 'bajo rendimiento' a la puntuación por debajo del nivel 2, que es el básico, en ciencias, matemáticas y lectura, es decir que "no pueden enfrentarse a la resolución de problemas que requieran razonamientos complejos".

El bajo rendimiento en la escuela puede tener consecuencias "severas" para los estudiantes y para la sociedad en su conjunto, según  advierte la OCDE en este documento, en el que asegura que estos chicos de 15 años con malos resultados académicos tienen mayor riesgo de abandonar los estudios y más dificultades para conseguir trabajos bien remunerados.

Además, asegura que cuando una alta proporción de la población carece de los conocimientos y habilidades necesarias "el crecimiento a largo plazo de un país puede verse comprometido". De hecho, estima que si todos los estudiantes de 15 años en España alcanzaran por lo menos el nivel 2, el básico en PISA, el PIB de España en 2095 se elevaría un 15 por ciento.

En Matemáticas, en 2012, el 24 por ciento de los alumnos españoles (94.000) obtuvo un mal resultado frente al 23 por ciento de la OCDE; en lectura, el porcentaje de estudiantes que no alcanzó el nivel básico fue del 18 por ciento, igual que la media de la OCDE; y en ciencias un 16 por ciento, dos puntos por debajo de la media de la OCDE. En las tres materias, la proporción de alumnos con bajo rendimiento fue del 10 por ciento (42.000 alumnos) frente al 12 por ciento de la media de los países que participaron en PISA 2012.

En concreto, en Matemáticas las probabilidades de no alcanzar el nivel básico son mayores para las chicas, los estudiantes de entornos socioeconómicos desfavorecidos, los de origen inmigrante, los que no han recibido educación preescolar o sólo un año, los que han repetido curso y los que estaban matriculados en aquel momento en los Programas de Cualificación Profesional Inicial -no tienen título de ESO--.

Pierden clase con más frecuencia

Al igual que la media de los países de la OCDE, en España, los estudiantes con bajo rendimiento pierden clase con más frecuencia: en 2012 un 43 por ciento de los alumnos con malos resultados en matemáticas perdieron al menos un día entero de clase, casi el doble que la media de la OCDE, que fue del 23 por ciento. Se trata de uno de los porcentajes más altos de los países que participaron en PISA 2012.

También coincide que los que no llegan al nivel básico de conocimientos dedican menos tiempo a los deberes en casa que aquellos con mejor rendimiento. Así, los de bajo rendimiento en matemáticas dedicaron de media 4,7 horas semanales a hacer los deberes extraescolares (una hora más que la media de la OCDE) frente a las siete semanales de los alumnos que superaron la prueba (1,8 horas más que a media de la OCDE).

Refuerzo escolar individualizado

La OCDE recomienda un plan para reducir este bajo rendimiento del alumnado, que incluya como principales medidas desmantelar las "múltiples barreras" de aprendizaje; crear un entorno "exigente" que a su vez ofrezca apoyo a los alumnos; ofrecer refuerzo escolar "tan pronto como sea posible"; animar a los padres a involucrarse más en la vida escolar; diseñar estrategias adecuadas al perfil del alumno con bajo rendimiento.

También propone, dentro de este plan, ofrecer refuerzo individualizado y programas especiales para el alumnado de origen inmigrante; "atacar" los estereotipos de género, dar apoyo a familias monoparentales; reducir las desigualdades en el acceso a la educación infantil; y limitar la separación de alumnos por nivel académico.