La Dirección General de Tráfico (DGT) tiene previsto instalar en siete tramos de carreteras comarcales de Castilla y León guías sonoras centrales, un sistema se seguridad con el que se pretende reducir el número de colisiones frontales y de salidas de vía y que forma parte de la estrategia de Seguridad Vial 2011-2020.
La DGT ya presentó en noviembre el primer tramo de carretera -la A-375, vía convencional que une Utrera (Sevilla) y Puerto Serrano (Cádiz)- con guías sonoras en el eje (la línea central) y en el primer semestre de este año lo hará en dieciocho tramos más en las comunidades de Madrid, Andalucía, Valencia, Murcia, Aragón y Castilla y León. De hecho, se calcula que, gracias a estas guías sonoras, se podrían evitar dos de cada tres fallecidos.
Después, el objetivo es llegar a los 3.000 kilómetros, incluidos también tramos de carreteras de otras comunidades identificados por la DGT como peligrosos. Para ello, la DGT invertirá, en colaboración con los titulares de estas vías, cinco millones de euros.
Se trata de una medida de seguridad instalada en sentido longitudinal en la línea central constituida por una serie de elementos fresados, de un ancho de huella de 20 centímetros y una profundidad de 1,2. Estos, provocan vibración y sonido al pasar el neumático por encima, y alertan a los conductores de que sus vehículos se desvían de su carril y están invadiendo el del sentido contrario, con el riesgo de choque frontal o de que están abandonando la vía, con el peligro de accidente que eso conlleva.
En total, los siete tramos de la Comunidad suman un 417,3 kilómetros. El tramo más largo corresponde a la CL-116, entre las localidades sorianas de El Burgo de Osma y Monteagudo, con 86 kilómetros. En la provincia de Soria la medida también se aplicará en la CL-101, entre Almazán y Ágreda (72 kilómetros). En Salamanca también hay previsto dos tramos, en la CL-510, entre Salamanca capital y Alba de Tormes (28,5 kilómetros) y en la CL-517, entre Vitigudino y Doñinos de Salamanca (67 kilómetros).
En Palencia se actuará en la CL-626, entre Guardo y Aguilar de Campoo (68,8 kilómetros), en Valladolid en la CL-602, entre Alaejos y Olmedo (69 kilómetros) y en León en la CL-622, entre la capital y Santa María del Páramo.
Aunque el número de fallecidos en accidentes de tráfico todavía está en España muy por debajo de la media europea -38 por cada millón de habitantes en España frente a los 52 por millón de Europa-, el ministro del Interior, Juan Ignacio Zoido, recalcó durante la presentación de la nueva estrategia de la DGT que en 2016, por primera vez en 13 años, el número de víctimas en las carreteras se incrementó en España.
Las carreteras convencionales concentraron el pasado año el 76 por ciento de las víctimas mortales registradas en la Castilla y León (94). En estas vías, el 54 por ciento de los fallecidos se vieron implicados en accidentes con colisiones, mientras que un 37 por ciento fue por salidas de la vía. A nivel nacional el porcentaje fue similar y se situó en el 76 por ciento. Por tipo de siniestro, el 41por ciento de los fallecidos se produjo por salidas de la vía y el 25 por ciento se debió a colisiones frontales.