TRIBUNALES

El acusado de matar a Rachida creía que 'ella viviría hasta que él lo dijera', según la fiscalía

Las partes exponen sus conclusiones finales al jurado, que deliberará el lunes sobre la culpabilidad o no del encausado.

Ical

La fiscal jefe de la Audiencia Provincial de Soria, Rita Berdonces, sostuvo este viernes que D.F., acusado de matar a Rachida Nour el 22 de junio de 2015, sí tenía un motivo para matarla, ya que ejercía una relación de dominación sobre ella, control y poder en la que él se creía el rey y, además, no la aguantaba ni soportaba. "El acusado tenía la creencia de que ella viviría hasta que él lo dijera y tenía ganas de matarla", señaló.

El Ministerio Fiscal desmontó la versión del abogado de la defensa que señala que al encuasado "no le interesaba matarla porque vivía de ella, que era la única de la unidad familiar que trabajaba".

"No tenían una relación de igual a igual y a ella no la sentía como su compañera. Le controlaba las llamadas de teléfono, se asustaba en cuanto se acercaba e incluso las psicológas señalaron que la actitud de protección del marido podía ser de control, porque sus miedos no estaban relacionados con su relato y había algo que la víctima no decía", recordó.

La décima sesión del juicio oral contra D.F., que concluyó en la Audiencia Provincial de Soria, sirvió para que las partes elevarán sus conclusiones del caso ante el Tribunal del Jurado.

En opinión de Berdonces, la víctima tenía el sueño de formar una familia y el encausado, que consiguió el permiso de residencia tras casarse con Rachida, hizo que su vida se convirtiera en una pesadilla. "El encausado no aguantaba ni soportaba a Rachida. El asesinato en una relación de dominación, es el mayor acto de afirmación de una persona contra otra", argumentó.

En su opinión, D.F., propinó una brutal paliza a su mujer "con gran violencia" que la dejó aturdida, inconsciente, con conmoción cerebral y sin posibilidad de defensa y a continuación le taponó los orificios respiratorias, durante entre seis y ocho minutos, provocándole la axfisia y la anoxia cerebral aguda irreversible.

Tras cometer el crimen, llamó a su hermana y, ambos, encubrieron las pruebas, limpiando la casa y lavando la ropa y se inventaron una versión de los hechos que se cae con la cantidad de pruebas que existen y que se resumen en dos: la autopsia reveló que murió por asfixia; el encausado reconoce que estaba en el lugar del crimen y tenía lesiones en los nudillos propias de haber propinado una paliza, según constataron las médicos forenses.

"La verdad existe y la mentira se inventa. El acusado ha tratado de confundirnos pero las pruebas acreditan de manera indiscutibles que D.F., mató a su mujer", exhortó.

Asimismo, también desmontó la teoría del abogado de la defensa sobre que el asesinato lo cometió un tercero, ya que recordó que la puerta de casa no estaba forzada y los restos celulares que encontraron en las uñas de Rachida de una tercera persona podrían haber sido transferidos por contacto indirecto, como confirmó el Instituto de Toxicología y Ciencias Forenses de Madrid.

La fiscal jefe también se refirió a la actitud del encausado en el caso, el cual en presencia de la Policía Nacional y los servicios de emergencia se mostró "cabizbajo" e incluso no reaccionó cuando el hermano de la víctima le acusó de haber asesinado a Rachida.

"El llevaba más de un año en España y se ha acreditado que tanto él como su hermana, que llevaba 17, sabían hablar un castellano básico. ¿Por qué no llamaron al 112?. Ayer reconoció que conocía el número de teléfono de la Policía Nacional ¿Por qué no llamó tampoco a los agentes, cuando, como dice, encontró a su mujer tendida en el suelo inconsciente? ¿Porqué no llamó a sus vecinos marroquíes?", preguntó, para recalcar que la actitud del acusado no concuerda con cómo actuaría una persona normal que ve que su mujer esta en peligro y sí como aquellas que han cometido un crimen.

Cuchillos y machetes

Asimimo, preguntó cómo podía ser posible que el acusado utilizara los cuchillos de 22 centímetros para la fiesta del cordero en el Ramadán pero no los guardara en la cocina y, sin embargo, los metiera en una mochila junto a su pasaporte y documento de identificación. "¿Hay alguna persona que guarde los cuchillos y machetes en una bandolera junto a su pasaporte?", exhortó.

Es más, en opinión del Ministerio Fiscal el encusado montó un lio con el objetivo de dar una versión de los hechos que confundiera y poder escabullirse de las consecuencias de sus actos. "Decía que se había caído en la ducha y el baño estaba seco, porque claro con el nerviosismo de encubrir el crimen se les pasaron cosas por alto. También decía que sufría mareos, pero en el historial médico del Sacyl la víctima nunca fue a su médico por esta causa y sí por otros motivos", mantuvo.

Los 20 años de cárcel que pide el Ministerio Fiscal son "proporcionales al delito que cometió", y por ello, Berdonces recordó que "la víctima es la que ha perdido". "D.F., no ha mostrado ni trauma ni arrepentimiento alguno y pegó una brutal paliza a su mujer y la mató delante de su hijo de dos meses, vulnerando la integridad moral del menor".

El lado oscuro

Ya dirigiéndose al tribunal del jurado, nueve titulares y dos suplentes, les indicó que "con este caso se habían enfrentado al lado oscuro de la sociedad, que tiene una cara B y en el que se cometen crimenes porque hay personas capaces de matar", y por ello les exhortó a que el asesinato no quedase impune en el ánimo de que Rachida descanse en paz y se haga justicia por su hijo.

"Las pruebas dicen que este señor es un asesino y debe ser apartado de la sociedad, ya que sino estaríamos en peligro. La cárcel es un castigo pero también tiene el carácter de resinsención social", argumentó para instarles a que "conforme a las pruebas hicieran justicia".

Por su parte, la abogada de la acusación, Asunción Isla, pidió al Tribunal del Jurado que "no le temblará la mano" a la hora de aplicar la justicia, ya que D. F., la asesinó y era un maltratador habitual, porque la autopsia reveló que tenía contusiones anteriores al día de la muerte, propias de sufrir maltrato. "No tenía miedo al ex novio al que no veía hacía dos años sino a su marido y tenía miedo a decir que la maltrataba. No podía verbalizarlo y acusarlo de ello".

Para Isla, el acusado tuvo intención de matar, e incluso, detalló que el gran hematoma y contunsión en el hombro derecho (10 por 12 centímetros), que le causó heridas en el músculo pectoral, fue "probablemente" como consecuencia de que se puso de rodillas encima del hombro de la víctima cuando la asfixió. "El día de los hechos se mostró frio. Nadie nos ha dicho que estuviera histérico y sólo es atendido por ansiedad cuando le llevan al calabazo de la comisaría", dijo.

Por último, insistió en que la coartada del acusado de que salió a la calle a pasear no se sostiene, ya que "nadie le vio por la calle ese 22 de junio". Es más, según su versión, "estuvo toda la tarde amargando a Rachida hasta que la mató".

"Como persona enferma que es debe estar en la cárcel. Es hora de hacer justicia por Rachida y por su hijo", exclamó.

Tercera persona

Por su parte, el abogado de la defensa, Jesús Rodríguez, aseguró que las pruebas no eran lo suficientemente consistentes para determinar que D.F., es el autor del asesinato, y mantuvo su versión de que hubo una tercera persona que mató a Rachida. "Eran un matrimonio perfecto. No ganaba nada con matarla", dijo.

El letrado indicó que si bien el acusado tenía los nudillos enrojecidos fue debido a que cuando se enteró del fallecimiento de su mujer golpeó la pared, tal y como un vecino relató "haber oído". "El acusado no tenía sangre en la ropa y no ha contastado que maltratara a su mujer porque todos los testimonios eran rumores. Además, la víctima, a la que vieron triste, es problable que padeciera una depresión post parto".

Asimismo, justificó que el encausado no llamará al 112 para avisar del estado de su mujer debido a su desconocimiento del castellano y al encontrarse en un país que no le era propio y con un una cultura distinta.

El ADN de una tercera persona encontrada en las uñas de Rachida, es la prueba que demuestra, según el letrado, que en el crimen participó una tercera persona que probablemente "ella conocía" y dejó entrar en la casa.Por último, instó al Jurado a fallar a favor del acusado en el caso "de que tuvieran dudas", y leyó un artículo de prensa en el que se hablaba de un hombre acusado de matar a su mujer, que resultó ser inocente pero estuvo en la cárcel por ello.

El acusado, al que la magistrada le dio la última palabra, reiteró una vez más que "quería a su mujer y a su hijo y lo único que hizo fue intentar salvarlos".

El próximo lunes la magistrada de la Audiencia Provincial de Soria entregará al Tribunal del Jurado y a las partes el objeto del veredicto, y los abogados determinarán si están de acuerdo o no. Una vez que se de el visto bueno, el jurado, que será aislado en un hotel, deliberará hasta que tenga la decisión tomada sobre si es culpable o no D.F.,.

La Fiscalía y la acusación particular piden 20 años de cárcel para D.F., la privación de la patria potestad en relación al hijo de ambos; la prohibición de aproximarse a menos de 500 metros con su hijo, hermanos, cuñados y padres de la fallecidos en 30 años y una indemnización de 210.000 euros al hijo de ambos y 90.000 a los padres de la fallecida por daños morales. La defensa, por su parte, pide la libre absolución por falta de pruebas.