Ha dejado huellas y numerosos destrozos después de darse un auténtico festín. Y no es la primera vez. Desde hace 20 días esta escena se sucede cada dos o tres jornadas. Un tejón o un zorro pensó el dueño de este colmenar al principio, pero el rastro y la dimensión de los destrozos provienen de un animal más grande.

Agentes forestales han tomado muestras, han hecho fotografías y se han llevado un panel que tiene impresa la huella del supuesto oso. Lo que quieren es saber de dónde procede este animal que ha llegado hasta el Monte Velilla.

Sobre ello ha especulado un apicultor. Piensa que puede venir de León, tras la sierra. Y es que este paraje, con agua, un robledal y colmenas cerca, es ideal para un oso.

Mientras se encuentra solución, esperan que con este pastor eléctrico evite un nuevo festín del animal.