Los termométros marcan fuera 37 grados, y según deuncian los padres en las aulas y pasillos el ambiente registra los 33. El final de curso se les complica a los 600 alumnos de este centro de Arroyo de la Encomienda, en Valladolid
El problema no es nuevo, lo arrastran desde hace 8 años que se construyó. Educación ha realizado cambios en las ventanas, que no han mejorado la situación.
La Junta recuerda a los centros que tienen flexibilidad para cambiar el horario o el lugar de las clases. En Andalucia, por ejemplo, permiten a los alumnos faltar al coleigo hasta que se vaya este calor asfixiante. El curso, termina el viernes.