En el polideportivo de Abejar flota en el ambiente un intenso olor a trufa negra de Soria. Un delicioso manjar que se oferta en diferentes estan y en numerosasa modalidades, pero esta mañana, lo más atractivo estaba en el campo.

24 perros optaban a los tres premios del Concurso de caza de la trufa. Uno para el que encontrase la más grande, otro para el localice la primera en menos tiempo y el tercero para el que más unidades cace en tres minutos. Sus dueños y compañeros de búsqueda, consideran que la clave para enseñarles es que salgan al campo a divertirse.

Desde pequeños se les enseña a reconocer el olor de la trufa y a detectar su fuerte aroma pese a que se hayan varios centímetros bajo tierra. Cualquier raza lo puede hacer, pero unas son mejores que otras.

La utilización de cerdos para este trabajo es casi residual. Son mejores los perros porque encuentran la trufa pero no se la comen. Una vez logrado el trofeo, se pesa tras haber cronometrado el tiempo empleado en su búsqueda y así se deciden los ganadores,