Los próximos días serán decisivos para la fusión entre Caja España-Duero y Unicaja. La presión desde el Banco de España y desde el ministerio de Economía está acelerando los tiempos, cuyo ritmo ya se rompió tras las nuevas necesidades de capital requeridas por la Ley de Guindos. Estas necesidades han llevado a replantear el proceso hasta el punto de levantar rumores de intervención.

Cuadrar las nuevas cuentas, proveer 1.800 millones más, es una operación tan compleja y difícil que la fusión entre Caja España-Duero y Unicaja, que a estas alturas debería estar ya concluida, se ha ralentizado. Pero este parón no es del agrado del ministerio de Economía y del Banco de España. El viernes tuvieron una nueva reunión con Unicaja para meter prisa.

El gobierno quiere que el proceso acabe cuanto antes. El ministro de Economía, Luis de Guindos, ha señalado esta misma mañana que el gobierno no entra a decidir sobre casos concretos pero que sí espera que se cumplan los compromisos adquiridos por las entidades financieras.

Según todas las fuentes consultadas, el acuerdo es inevitable. Su ruptura llevaría tanto a Unicaja como a Caja España-Duero a un callejón de difícil salida. La entidad andaluza debilitaría su posición tras los últimos movimientos como la fusión de Caja 3 con Ibercaja y la puja de esta por Unnim. La castellana y leonesa estaría amenazada de intervención.

La presidenta de la diputación de León, Isabel Carrasco, asegura que ella, que es uno de la treintena de consjeros que tiene Caja España-Duero, no conoce los detalles del estado actual del proceso pero que las noticias que surge  generan intranquilidad. Por su parte, el secretario general de UGT en Caja España-Duero, Antonio Muñoz, cree que en unos diez días se habrá llegado a una solución que espera que sea satisfactoria para todos.

El calendario para encontrar una solución, con o sin ayudas públicas, se ha reducido. De momento, el próximo jueves habrá consejo de administración ordinario del Banco de caja España-Duero