SEQUÍA: Patrimonio a flote

Los capiteles románicos dejan Cenera de Zalima para lucir de nuevo en Aguilar, Palencia

La CHD inicia la extracción de estas piezas que quedaron bajo las aguas del pantano de Aguilar en los años 60 con su construcción.

Ical

La Confederación Hirdrográfica del Duero (CHD) trabaja durante estos días en la retirada de los capiteles románicos de la iglesia de Santa Eugenia de Cenera de Zalima (Palencia), templo del que sólo se conserva algún resto de su estructura ya que, normalmente se encuentra anegado por las aguas del pantano de Aguilar. El ente regulador del Duero también sustraerá junto a estas piezas algunos elementos del templo, convertido ahora con la sequía en un atractivo turístico para la comarca.

Las labores de extracción de estos capiteles se iniciaron esta misma semana, a modo de respuesta a colectivos y ciudadanos de la comarca que reclamaron que este patrimonio histórico y arquitectónico fuera rescatado, pese a llevar más de 55 años bajo el agua. El objetivo de la CHD con esta actuación es, sobre todo, evitar el expolio y la destrucción de las piezas con la elevada afluencia de curiosos que visitan las localidades que quedaron sepultadas bajos las aguas en los sesenta.

El rescate de estos elementos servirá, asimismo, para que los capiteles y el resto de ornamentos arquitectónicos puedan ser reubicados para su puesta en valor en algún espacio de Aguilar de Campoo. Algo similar, sucedió hace varias décadas con la iglesia de otros de los pueblos que quedó bajo las aguas del embalse del norte palentino, cuando se trasladó piedra a piedra el templo de Villanueva del Río al parque de la Huerta de Guadían de Palencia.

Es en esta localidad donde, en una antigua avenida del río Pisuerga, se halla un puente medieval de grandes dimensiones que también ha sido el foco de atención de algunos partidos políticos y asociaciones de la Montaña Palentina, que claman su puesta en valor y su traslado a un lugar fuera de las aguas del pantano aguilarense. También se ha hecho hincapie, tras la reaparición de este patrimonio bajo las aguas, en la recuperación de la infinidad de restos arqueológicos como las necrópolis que yacen bajos las aguas del embalse.

Hay que recordar que la Fundación Santa María la Real sacó a la luz hace unos meses la presencia de estos capiteles románicos que emergieron con la sequía. ''Son piezas muy toscas, muy sencillas, que han sufrido además un importante deterioro al estar sumergidas durante tanto tiempo'', explicó el historiador de la entidad del patrimonio, César del Valle.

Y es que, se trata de una capiteles con una sencilla decoración vegetal que se corresponderían con el arco triunfal de la nave de la iglesia y que, según vaticinó otro de los historiadores de la fundación, Jaime Nuño, podrían datar del siglo XIII y otro de estilo gótico, aunque estos es difícil de precisar por el deterioro.

Mejor suerte corrió la portada románica de esta misma iglesia, ya que fue trasladada también al castillo de Monzón de Campos, en la actualidad propiedad de la Diputación de Palencia, pero en su lugar quedaron los toscos capiteles románicos y otros góticos que han aflorado ahora junto a otras ruinas del templo, del que solo queda en pie una pequeña parte de lo que en tiempos fue la espadaña del hastial occidenta