Ayoó de Vidriales, un pueblo como otro cualquiera del norte de Zamora, salvo por esto. Un vecino recogía muestras de lluvia roja. Ni era óxido, ni era veneno, ni tampoco una plaga bíblica… Era esta microalga, Haematococus pluvialis. Llega suspendida en el viento de lluvia.
Desde la Universidad de Salamanca explican el fenómeno dado que esta planta microscópica es capaz de sintetizar un carotenoide que tiñe el agua. Frente a otros fenómenos parecidos donde el color rojo del agua era una señal de peligro, aquí, sin embargo, el alga es totalmente inocua.
La curiosidad de Joaquín Pérez, vecino de Ayoó que recogió las muestras, ha permitido iniciar el estudio de este fenómeno que ahora se ampliará a otras provincias como León y Salamanca para estudiar la posible presencia de esta alga.