Es necesario incrementar el consumo de vino en nuestro país. Y para ello se plantea como imprescindible atraer nuevos consumidores, grupos de edad.....Aquí entran en juego los jóvenes. Y para ello las bodegas están apostando por variedades diferentes: los frizantes y los rosados. Y con ello se intenta paliar otro problema: muchos kilos de uvas no se contraetiquetan dentro de sus denominaciones de origen. El Lía de Prado rey y el Yllera 5'5 están ganando cuotas de mercado con un producto fresco, de menor graduación y más fácil de beber.
Cada gota de su vino recoge la ilusión y el esfuerzo de una familia que pone alma, vida y corazón en sus elaboraciones.
Aquí miman a la variedad sirah. Los caldos duermen arropados por roble francés. Pueden despertar con sedimentos. Aunque ahí es donde reside precisamente el reflejo de lo natural, de lo más puro.
Esta microbodega a orillas del Duero, no cuenta con la ventaja del renombre. Pero cada vez está más presente en las exportaciones. Esas que cada año generan en Castilla y León en torno a 150 millones de euros.
Hoy una de estas botellas con 18 meses de crianza puede costarnos unos 40 euros. Y en su apuesta por la diferenciación reside su éxito.