Bajo esta alfombra de piñas subyace el fantasma de la producción. Después de desgranarlas, muchos piñones están vanos, semi vacios, no pesan.

Lo normal es que de un kilo de piñas se obtengan unos 30 gramos de piñones. Y hoy en día salen la mitad. En Castilla y León este fruto se agota. Hace no tanto los recolectores cobraban por ellas, ahora pagan por traerlas a casa. Tienen que continuar amortizando la maquinaria.

En la Comunidad hay unas 90.000 hectáreas de pinos piñoneros. Su salud depende del clima, pero también del cuidado del monte. Y de no combatir las plagas cuanto antes, dicen, el sector se hunde.

La repercusión también cae sobre el consumidor final. En el mercado este manjar ya se cotiza sobre los 100 euros el kilo.