Es profesora en la única universidad del mundo para sordos, en Washington.

Una historia de superación con final feliz

La salmantina Inés González sufrió un accidente de tráfico en el momento más crucial de su vida, cuando se disponía a viajar a Estados Unidos para estudiar la lengua de signos.

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Inés González disfruta de sus vacaciones antes de regresar a Washington. En la capital americana, esta salmantina es profesora de lengua de signos en el sistema español en la Universidad de Gallaudet, la única institución académica del mundo orientada específicamente a personas sordas. Primero se formó como profesora gracias a una beca y ahora da clases en un mundo pensado para la integración.

A los 26 años, un accidente de tráfico la empujó a un coma del que despertó en silla de ruedas. Fue justo cuando se preparaba para viajar a Washington. Aprendió a vivir con su discapacidad en Estados Unidos y afirma que cuando vuelve a Salamanca descubre que nuestra sociedad está a años luz de la americana en integración.

Quiere que su experiencia sirva para impulsar la lucha contra las barreras arquitectónicas y también para expandir el estudio de la lengua de signos, reclamando por ejemplo que sea una materia universitaria.