EMPRENDEDORES

'A los 17 años descubrí que no me quería dedicar a otra cosa'

El vidrio soplado se convirtió en una pasión para Alba y hoy está al frente de su propio taller artesanal en Segovia.

Rubén Hernández

Emprendedora, y sobre todo, artesana. El vidrio soplado llegó por primera vez a la vida de Alba cuando tenía 17 años. A esa edad comenzó a estudiarlo en la Escuela Taller de La Granja y a partir de entonces su pasión por este material fue absoluta. Por eso, después de acabar esta etapa, decidió continuar formándose en Inglaterra, donde pasó 8 años conociendo a fondo esta técnica y trabajando con distintos artistas.

De vuelta a nuestro país, su objetivo desde el primer momento fue montar su propio taller artesano. Y no tardó en conseguirlo, aunque a cambio, y como les ocurre a todos los emprendedores, de muchas horas de esfuerzo y trabajo intenso.

Ubicado en el vivero de oficios de Segovia, el taller de Alba Martín acaba de cumplir dos años. En este tiempo, y pese a lo difícil que es vivir de un oficio "de los de toda la vida", los encargos no han faltado. Su apuesta por el vidrio soplado ha sido un éxito.