CIENCIA | Publicado en la revista 'Nature Communications'

La cooperación entre comunidades débiles, más beneficiosa que la sumisión a una comunidad fuerte

Para el estudio se han combinado la Teoría de Juegos y la Ciencia de Redes Complejas analizado ejemplos como los microcréditos en la India, la investigación contra el Ébola y la conservación del oso pardo

Europa Press

La cooperación es la "mejor estrategia para las comunidades más débiles y la más beneficiosa para el conjunto de la comunidad", según un estudio publicado en la revista 'Nature Communications'. Además, cualquiera de las redes débiles en solitario pueden forzar esta situación. "Un poder del que carecen las comunidades más fuertes", añade.

En el estudio, elaborado por el investigador del Centro Nacional de Biotecnología del CSIC (CNB-CSIC), Jacobo Aguirre, junto a Jaime Iranzo del NIH (EEUU) y Javier M. Buldú de la Universidad Rey Juan Carlos y el Centro de Tecnología Biomédica de la Universidad Politécnica de Madrid (UPM), se han analizado ejemplos reales de economía, biología o relaciones sociales, como los microcréditos en la India, la investigación contra el Ébola y la conservación del oso pardo.

Para ello, en el informe se combinan la Teoría de Juegos y la Ciencia de Redes Complejas donde solamente existen dos soluciones estables: la cooperación o la sumisión. La primera es beneficiosa para los competidores débiles y la segunda es positiva para el más fuerte. El trabajo muestra que la primera opción es la mejor para el conjunto.

"Lo que hemos puesto más en valor y lo que no nos esperábamos es que las redes débiles pueden forzar a las fuertes --explica Javier M. Buldú. Es decir, que hay escenarios en que las redes pequeñas ganan más si se conectan entre ellas que en vez de conectarse al grande. De tal manera, que al grande no le queda más remedio que conectarse con los pequeños porque es donde ganará más. Este es el gran poder de los indefensos. Tienen en sus manos el destino del conjunto".

Las aplicaciones de este análisis son muy amplias porque una vez analizado un tipo de red, el modelo de análisis es exportable a cualquier ámbito. "Así, podemos predecir, avanzarnos y recomendar a esas estructuras en red, por ejemplo universidades, comercios o países, qué uniones son las que más le convienen y esto tiene mucho poder", afirma Buldú.

Microcréditos en la India

El estudio analiza en profundidad la red de interacciones entre tres pueblos del sur de la India en el contexto de un programa de microcréditos. En el ejemplo, las autoridades de una de las poblaciones más pequeñas deben promover conexiones con las comunidades vecinas para minimizar los riesgos financieros asociados a plagas o fenómenos meteorológicos que pueden afectar a las plantaciones de las que depende el pueblo.

El dilema surge a la hora de decidir con quién aliarse. La población puede optar por asociarse a la ciudad más importante de la región, un modelo en el cual la principal beneficiada sería esta última, o bien, puede asociarse con las otras poblaciones más débiles que les permitiría superar a la ciudad fuerte. "El resultado de nuestro trabajo habla claramente: esta es la mejor opción desde el punto de vista global", explican los autores.

la investigación contra el Ébola

"Nos descargamos todos los artículos de la Universidad de Oxford relacionados con la investigación contra el ébola e hicimos una relación de todos los autores y las colaboraciones que habían realizado entre ellos", explica Buldú. El objetivo era analizar con qué otras universidades les convendría asociarse para promover esta investigación. "Con nuestro estudio podríamos asesorar a Oxford y decirle si le viene mejor asociarse, por ejemplo, con Alemania o con Estados Unidos --añade--. Creemos que la teoría que presentamos en nuestro trabajo puede ayudar a los centros de investigación a tomar la mejor decisión posible a la hora de buscar colaboraciones".

La conservación del oso pardo

Durante décadas, el esfuerzo de conservación del oso pardo en los Pirineos ha estado coordinado por España, Francia y Andorra. Cada país cuenta con sus propias zonas de reserva entre las que se establecen corredores ecológicos a través de los cuales los osos pueden pasar de una reserva a otra.

"Este es un buen ejemplo de que, en beneficio de una especie protegida, a menudo tres o más administraciones deben coordinarse para establecer vías de conexión entre sus respectivas zonas protegidas", recoge el informe. Así, este trabajo arroja luz acerca de la forma más eficiente de establecer dichos corredores, optimizando el movimiento y la recuperación de la especie.