EXPOSICIÓN | Hasta el 03 de septiembre

Dora García toma el Reina Sofía con 'Segunda vez'

La artista vallisoletana reinterpreta el legado del intelectual argentino Oscar Masotta y bebe de textos de Julio Cortázar y Macedonio Fernández.

Ical

Después de tres años de trabajo, 'Segunda vez', el ambicioso nuevo proyecto de la artista vallisoletana Dora García, verá la luz en el Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía el próximo miércoles, 18 de abril. La propuesta podrá contemplarse hasta el 3 de septiembre, y en ella la creadora utiliza la figura del intelectual argentino Óscar Masotta -que tradujo la obra de Lacan al castellano por primera vez- como desencadenante para desarrollar una investigación sobre las conexiones entre arte, política y psicoanálisis.

"Arte se refiere aquí a 'performance' ('happening', 'anti-happening', acción, actividad), repetición (segunda vez) y acontecimiento (ocurrir otra vez). Política se refiere aquí a la difícil posición del artista dentro de una situación política urgente que le impele a la acción. Psicoanálisis se refiere aquí a un método, a una forma de transmisión de conocimiento que nos permite dar complejas pero eficientes respuestas a problemas complejos referidos al lenguaje, el cuerpo, y la memoria", relata la artista.

La exposición, comisariada por Manuel Borja-Villel y Teresa Velázquez, está acompañada de un amplio número de performances. Tres grandes ideas se entretejen en esta serie: la ficción como una construcción de situaciones, la lectura como un proceso colectivo que dota de significados tanto a las obras en exposición como a las relaciones entre el público, y la narración como una crítica a los roles asumidos.

Con motivo de la muestra, Dora García ha concebido un proyecto específico para la Sala de Bóvedas del Museo: una instalación de sonido y objetos desarrollada con su colaborador habitual, el músico Jan Mech, y basada en el cuento de Franz Kafka 'Las preocupaciones de un padre de familia', publicado en 1919. El nuevo proyecto alude a seres misteriosos que, como el personaje Odradek del cuento de Kafka, habitan bajo las escaleras, en los sótanos, y seguirán allí cuando nosotros no estemos ya.

'Segunda vez' toma su título del relato homónimo de Julio Cortázar, escrito en 1974, que narra el clima de psicosis e incertidumbre provocado por el drama de los desaparecidos en Argentina. A través del cine, la performance, el texto y el dibujo, la muestra incide en algunas de las constantes que marcan la trayectoria de la artista, esbozando la compleja red de referentes intelectuales de los que se nutre.

La irrupción de Masotta

Dora García confiesa no recordar con exactitud cuándo fue la primera vez que oyó hablar de Masotta, y ella misma ha decidido que fue en una conversación pública que mantuvo con el escritor Ricardo Piglia acerca del rol del secreto en la construcción de la ficción y la utopía, en la primavera de 2014, como culminación a su primera exposición en Argentina, 'Exilio', promovida por el Departamento de Arte de la Universidad Torcuato Di Tella, en Buenos Aires.

"En la conversación Pligia citó de pasada a Masotta como alguien cuyo trabajo podría interesarme ya que, como yo, se había interesado por la 'performance', el psicoanálisis y la política. Unos meses después, cuando descubrí que Masotta había muerto en Barcelona, no muy lejos de mi casa, leí algunos de sus textos y descubrí que, efectivamente, Pligia tenía razón: era el cruce perfecto entre 'performance', política y psicoanálisis, y cuando descubrí que se había acercado al 'happening' como un acto de transgresión, y que proponía la desmaterialización como lo que había que hacer después del pop, pensé que había interceptado algo. Una carta que no me habían escrito a mí, pero que se había cruzado en mi camino de algún modo", reflexiona.

A partir de entonces emprendió un "exhaustivo y meticuloso" proceso de estudio en torno al legado de Masotta, cuyo trabajo la arrebató por completo. Así, decidió recrear tres 'hapenning' que el argentino había organizado en octubre de 1966, medio siglo atrás, de los que no se conservaban imágenes pero que él había dejado documentados en sus ensayos 'Después del pop, nosotros desmaterializamos' y 'Yo cometí un happening'. "Aquellas descripciones nos permitirían establecer un guion y repetir los 'happening' de nuevo", explica García.

De esa forma, en septiembre de 2015 repitieron 'El helicóptero' como uno de los actos de inauguración de Tabakalera, el nuevo espacio para las artes de San Sebastián; y en junio de 2016, con el respaldo de la Universidad Torcuato Di Tella, donde había tenido lugar la 'performance' original', repitió 'Para inducir el espíritu de la imagen', considerada una de las acciones artísticas más controvertidas de los años 60, que el propio Masotta definió como "un acto de sadismo social explicitado".

"La gran pregunta era ¿por qué repetir a Masotta?", lanza la vallisoletana, que recuerda que "en francés la palabra repetición significa también 'ensayo'", y se pregunta "cómo de idéntica al original debería ser una repetición", además de citar el ensayo de Kierkegaard 'La repetición' para relacionar ese concepto con el movimiento. "La repetición es una forma de hacer algo presente, o de conseguir que algo suceda de nuevo. Es una forma de catarsis y también de expiación", reflexiona.