Dora Kiskapusi acude a los entrenamientos del Valladolid Club Esgrima con menos alegría que de costumbre. Es húngara de nacimiento, pero reside en nuestro país desde 2008. Hace dos años se casó con un español, tiempo suficiente para obtener la doble nacionalidad. Pero los papeles no llegan y eso complica su participación como española en los próximos Juegos Olímpicos. A punto de cumplir los 31, se encuentra ante su última oportunidad de estar en una pista olímpica. Las trabas burocráticas hacen que, a veces, se arrepienta de haber cambiado Hungría por España.