FINAL DE LA COPA DEL REY | 24.700 entradas vendidas

Valladolid prepara 'el partido del siglo' del rugby para devolver a este deporte 'todo lo que ha dado' a la ciudad

El Rey declina la invitación pero Óscar Puente insistirá ya que no renuncia a su presencia

Europa Press

La ciudad de Valladolid y los equipos VRAC Quesos Entrepinares y Silverstorm El Salvador preparan ya la final de la Copa del Rey de Rugby, que se celebrará el próximo 17 de abril en el nuevo estadio José Zorrilla de la ciudad y que ha sido definida como "el partido del siglo" para el rugby español y como una forma de devolver al deporte del oval "todo lo que ha dado a la ciudad".

Con las 24.700 entradas disponibles vendidas desde el pasado sábado, este lunes se ha llevado a cabo la presentación oficial de la final, en lo que como ha explicado el alcalde, Óscar Puente, pretendía suponer un "empujón" a la venta de localidades, pero que debido al "éxito sin precedentes" obtenido ya sólo ha servido para dar todos los detalles sobre el partido y las actividades que lo rodearán.

En la presentación, además del primer edil, han participado el director general de Deportes de la Junta de Castilla y León, Alfonso Lahuerta, el presidente de la Federación Española de Rugby, Alfonso Feijoo, y los presidentes de los dos clubes de la ciudad, Juan Carlos Martín, de El Salvador, y José Antonio Garrote, del VRAC.

Óscar Puente ha detallado que en poco más de una semana -las entradas salieron a la venta el 23 de marzo--, la organización ha superado "todas las expectativas" al agotar el papel disponible, las 24.700 localidades "de asiento" del nuevo José Zorrilla, pues las algo más de 1.000 restantes hasta el aforo total son las pertenecientes a los palcos privados, las cuales no se pueden poner a la venta pues estarán a disposición de sus propietarios.

"Teníamos buenas expectativas y manejábamos cifras de 12.000 ó 15.000, pero de ninguna manera esperábamos que el estadio estuviera lleno", ha afirmado Puente, quien ha recordado que "algunos decían que iba a ser un batacazo", pero finalmente ha sucedido "lo contrario", que el aforo "se ha quedado corto".

Una de los escasos aspectos negativos señalados hoy ha sido la respuesta negativa de Casa Real a la presencia del Rey Felipe VI para presidir el partido en el que se disputa un título que lleva su nombre, aunque sí que recibirá en Zarzuela al club campeón. Pero Óscar Puente ha subrayado que no renuncia a su presencia y que "dará la matraca" salvo que la ausencia sea "por que le resulte imposible".

De hecho, ha citado que incluso han "llegado" informaciones de que se revenden entradas, por lo que ha manifestado su rechazo a estos movimientos porque ni el Ayuntamiento ni los clubes organizadores quieren que "se haga negocio" con este evento.

También se ha señalado el hecho de que se hayan regalado 6.000 entradas infantiles, una cifra que tanto los organizadores como el presidente de la Federación han visto como "lógica", pero aun así el alcalde ha planteado que si alguno de los billetes vendidos no se va a utilizar, se devuelva o se ceda a otra persona.

Ahora se pondrá en marcha el trabajo físico para la organización del evento, pues en los próximos días está previsto que se inicien las obras para la estructura que deberá soportar los palos de rugby en la cancha del Real Valladolid, club que ha cedido el estadio y al que le ha podido suponer "un trastorno" como ha explicado Juan Carlos Martín, ya que el día antes de la final deberá jugar un partido de la Liga Adelante.

Obras

Puente ha precisado que el coste de dichas obras será de unos 8.000 euros, lo que sumado al canon hace un gasto municipal total de poco más de 16.000 euros, "una cantidad pírrica para lo que va a suponer el partido". Se prevé que durante la noche previa al partido, una vez concluya el encuentro de fútbol del día 16, en torno a 100 personas trabajen para adecuar la cancha e instalar los palos.

Con todo ello, como ha recalcado Alfonso Lahuerta, el escenario para el próximo 17 de abril es el de un "partido del siglo" para el rugby español, pues no se recuerda "una expectación igual" desde el último partido que supuso un ascenso a Primera División de fútbol del Real Valladolid. Por ello, el director general ha considerado que cuando concluya el encuentro habrá "dos ganadores: el vencedor del título y todo el rugby de Valladolid y de Castilla y León".

En este sentido, el alcalde de la ciudad ha reiterado que la celebración de la final es "un sueño compartido con muchos", mientras que el "éxito" en la venta de entradas ha demostrado "una vez más" que "cuando la ciudad se propone algo es imparable" y, en este caso, va a demostrar que "quiere a lo suyo" y devolverá al rugby "todo lo que le ha dado" en los últimos años, en los que los clubes de la ciudad han acaparado la mayor parte de los títulos en competiciones nacionales e incluso han llevado el nombre de Valladolid en torneos europeos.

Por su parte, el presidente de la Federación de Rugby ha enfatizado que la celebración del encuentro será "un empujón muy importante" para este deporte tanto en Valladolid como en España y, de hecho, ha apuntado que ya "se habla" de la ciudad en el ámbito de la IRB, la asociación internacional de rugby. "El partido es el germen de algo, del potencial que tiene este deporte", ha subrayado, antes de ofrecer a la ciudad la posibilidad de acoger un partido internacional del combinado español.

Feijoo ha apuntado que la final de la Copa del Rey de será el partido organizado por la Federación o por clubes españoles con más afluencia de público de la historia, al superar claramente los 14.000 que se habían registrado hasta ahora como máximo. No obstante, el estadio donostiarra de Anoeta acogió un partido oficial entre los equipos franceses de Biarritz y Baiona que llevó a las gradas a 34.000 personas.

Los presidentes de los dos clubes contendientes han mostrado las buenas relaciones existentes entre las directivas y las aficiones, como ha destacado Juan Carlos Martín, quien ha reconocido también que se han tenido que cancelar las campañas promocionales que se iban a llevar a cabo en Internet, medios de comunicación, pueblos y colegios para impulsar la venta de entradas, pues lógicamente no es necesario.

Martín ha añadido una recomendación para las personas que acudan al encuentro pero no sean espectadores habituados al rugby. "Va a ser un partido duro, pero eso no quiere decir que sea violento. Así que no se asusten cuando vean algún golpe", ha explicado. De hecho, está previsto que se repartan a la entrada del estadio unos panfletos que expliquen los "valores", las reglas y cómo comportarse durante un partido del deporte del oval.

Seguridad para los aficionados

Otro aspecto que habrá que tener en cuenta será la seguridad y la distribución de los aficionados, cuyas entradas no tienen localidad asignada. Para ello, según Puente, un equipo de voluntarios se encargará de tratar de repartir a los asistentes para que se formen las menores aglomeraciones posibles.

Tanto antes como durante y después del partido estará abierta una zona para aficionados en los aledaños de Zorrilla, donde se instalará una "plataforma en la que participarán muchos hosteleros" que ofrecerán bocadillos y raciones, así como 24 barras de una conocida marca de cerveza y donde se celebrarán actuaciones musicales e incluso se prevé poner pantallas grandes para que la gente que no tenga entrada pueda ver el partido desde fuera. También será el lugar en el que los jugadores y las aficiones celebren el conocido 'tercer tiempo', la confraternización posterior a un partido de rugby, generalmente protagonizada por la cerveza.

En este sentido, José Antonio Garrote ha aseverado que se venderá cerveza con alcohol dentro del estadio, pues la Ley de espectáculos deportivos no afecta a una disciplina considera amateur, como el rugby. En todo caso, ha considerado que se puede vender alcohol en la zona de los accesos a las tribunas, pero no entre las gradas.