Leemos la prensa en el móvil. Ya no hace falta ir al mercado, ni siquiera de tiendas porque compramos y hasta podemos trabajar desde casa. Nada es lo mismo. O sí. Cuando creíamos dominar el mundo  resulta que la historia se repite.

El consumidor cambia y también las empresas. Pero a velocidad de vértigo. Tan deprisa que nos puede superar.

Educamos a una generación para trabajos que todavía ni existen. Porque al final, tras las máquinas por ahora, tiene que haber una persona.

Antes se necesitaba materia prima para fabricar y hoy, priman las ideas y eso ofrece mayor igualdad de oportunidades.

El negocio digital. Un concepto sobre el que se ha hablado largo y tendido en estas jornadas que dejan en el aire muchas preguntas y alguna conclusión. Esto es un tren sin rumbo conocido ¿Te subes?