Instituto de Biomedicina de la Universidad de León

La Universidad de León avanza para mejorar la calidad de vida de los enfermos de Parkinson

  • El temblor de manos es el reflejo más conocido del Parkinson pero no es el primero en presentarse. La lentitud al realizar tareas cotidianas ya es signo de alarma

rtvcyl / León

El Parkinson, por el momento, no tiene cura. Pero hay un tratamiento que reduce los síntomas y mejora la calidad de vida de los enfermos, aunque por tiempo limitado y con efectos secundarios. Ahora, el Instituto de Biomedicina de la Universidad de León ha comprobado que una fibra asiática permite estabilizar y mejorar el efecto del fármaco, y combatir mejor los síntomas.

El temblor de manos es el reflejo más conocido del Parkinson. Pero no es el primero en presentarse. La lentitud al realizar tareas cotidianas ya es signo de alarma. De ahí a una degeneración neurológica que se combate con un fármaco, la levodopa. Reduce la incidencia de los síntomas, pero con el tiempo pierde consistencia y fluctúa, provocando altibajos en el paciente.

La investigación del IBIOMED permite aplicar una fibra que optimice el efecto del fármaco. 18 pacientes del servicio de neurología del hospital de León participaron en un estudio que demostraba que la plantago ovata, una herbácea originaria del sur de Asia, estabiliza y prolonga el efecto del fármaco.

El estudio se ha probado en pacientes en un estadio inicial de la enfermedad. El siguiente paso sería comprobar su efecto en situaciones más avanzadas. Sin embargo, el laboratorio que subvenciona la investigación y facilita la fibra ha paralizado esta línea de trabajo. La búsqueda de una cura para el Parkinson queda a expensas de su nueva política de empresa.