FIESTAS TRADICIONALES

El Obispillo recorre las calles de Burgos cumpliendo con una tradición del siglo XV

El pequeño David Vicario sale a las calles de Burgos y pide al alcalde que los niños sean más felices

Ical

El pequeño David Vicario, Obispillo 2016, recorrió un año más, como cada 28 de diciembre desde hace varios siglos, las calles de Burgos para conmemorar la tradicional festividad de El Obispillo en el Día de los Santos Inocentes. Una fiesta iniciada en el Medievo y que permite a un niño de la Escollaría de los Pueri Cantores ser obispo por un día y tener el mando de la ciudad para pedir favores para los más pequeños. 

El convento de las Madres Salesas acogió a primera hora de la mañana la investidura de tan simular obispillo. Hasta allí se acercaron familiares y amigos que quisieron acompañar al pequeño de nueve años, en uno de los momentos más emotivos de la jornada. Justo cuando recibe de manos de sus profesores las vestimentas que le convierten por 24 horas en el “obispo" de todos los niños de Burgos.  

Después de realizar una visita a la residencia de mayores de Barrantes, donde ofrecieron su música a los residentes, el obispillo y los miembros de la Escolanía más famosa de la eso burgalesa se dirigieron hasta la Casa de la Iglesia donde fueron recibidos por el arzobispo de la diócesis, Fidel Herráez. Se trata de la primera vez que el arzobispo de Burgos vive una de las fiestas más arraigadas de la ciudad, por lo que quiso agradecer a los niños cantores su predisposición en una fecha tan especial.

Pero el momento más especial llegó pasadas las 13.15 horas cuando David Vicario se alzó a lomos de un caballo blanco para pasear por Burgos ante los vítores de sus vecinos. Tras pasar por el paseo del Espolón, hizo entrada en una concurrida plaza Mayor para entrar poco después en la casa consistorial. Allí le esperaba el alcalde de Burgos, Javier Lacalle, quien escuchó con atención alguna de las peticiones que David hizo para que los niños y las niñas de Burgos puedan vivir “más felices".

Tradición del siglo XV

La elección del 'Obispillo' es una tradición que se remonta al siglo XV, cuando el Cabildo Metropolitano de la catedral permitió el 28 de diciembre, el día de los Santos Inocentes, que un niño se vistiera de obispo. Así, cada año se viste a uno de los niños de la Escolanía de los Pueri Cantores que haya recibido la Primera Comunión ese mismo año.

Sin embargo, esta tradición se vio truncada durante un largo periodo de tiempo con la desaparición de la Escolanía de la catedral y no se retomó hasta el año 1996 gracias al esfuerzo del Cabildo.

La tradición de elegir a un niño cantor 'obispillo' durante un día es muy común en los países de Europa central, en donde se relaciona esta costumbre con la figura de San Nicolás y la entrega de juguetes a los más pequeños. Normalmente, en ciudades de Alemania, Polonia y los Países Bajos se realiza el día del ‘Obispillo’ el 6 de diciembre, coincidiendo con la festividad de San Nicolás que es la persona encargada de traer los regalos y presentes a los niños.

En España, este tipo de tradiciones no es muy común, aunque se mantiene, sobre todo, en monasterios. Con ella se pretende invertir los papeles, ya que mientras un niño se convierte en obispo durante un día, éste se ve despojado de sus cargos.