No es un día cualquiera en Santiago Uno. Se celebra la Fiesta del Cordero en atención a muchos de los jóvenes internos de origen musulmán. En estos momentos hay más de 80 chicos y chicas internos. Para todos ellos, estar aquí es hacer borrón y cuenta nueva a sus pocos años para intentar un futuro mejor

Hoy hacen un paréntesis festivo. Con talleres conviven y aprenden unos valores que permiten dejar atrás una vida que no ha sido fácil.

La Casa trata de ofrecer un ambiente de familia con confianza y respeto, lo que muchos no han tenido. También busca una capacitación profesional en ámbitos como la hostelería.

Para todos, volver a empezar y tener la opción de un futuro es un motivo más que sobrado para celebrar.