DÍA DE TODOS LOS SANTOS

Miles de personas recuerdan a sus seres queridos con su visita a los cementerios de Castilla y León

La festividad Todos los Santos contó con refuerzos de transporte público y regulación de los accesos y zonas de aparcamiento.

Ical

Como ocurre habitualmente con motivo de la festividad de Todos los Santos, fueron miles las personas que se desplazaron a los cementerios en toda Castilla y León para recordar a sus seres más queridos ya fallecidos. Así, desde primeras horas de la mañana y a lo largo de toda la jornada se produjo una masiva afluencia de vehículos y de personas en la mayor parte de las ciudades con refuerzo del transporte público, aunque las pequeñas localidades también vivieron una jornada intensa de visitantes.

En muchos puntos agentes de la Policía Local y Protección Civil regularon el tráfico de entrada y salida a los camposantos de la Comuidad y se habilitaron zonas de aparcamiento adicionales. Los visitantes fueron depositando durante todo el día ofrendas florales para recordar a familiares el 1 de noviembre, con ramos y coronas que o bien habían adquirido previamente o compraron en los numerosos puestos de flores habilitados a la entrada de los cementerios.

En el caso del camposanto leonés, todo estaba preparado para recibir a la multitud de personas que se fueron acercando hasta allí de manera creciente a manera que avanzaba la jornada, provocando a mediodía algunas retenciones y problemas de aparcamiento en la zona. Todo ello, a pesar de los llamamientos que cada año se hacen para optar por el transporte público como forma de desplazamiento en este día, que en general se reforzó durante este miércoles en León y Ponferrada.

En la puerta del recinto esperaban, como resulta habitual, los vendedores de flores, con variedades de todo tipo para hacer uno de los mejores días de venta de todo el año, porque son muchos los que todavía esperan al último momento para comprar flores para sus seres queridos. ''Ha venido gente durante estos días, pero hoy se espera mucha más'', decía una vendedora. Sin embargo, por la ciudad era también frecuente ver a personas saliendo de los bazares y de las floristerías con ornamentos para sus familiares y amigos fallecidos.

Ya en el interior de los camposantos, las imágenes de cada año se repitieron, con familiares limpiando lápidas y procediendo a colocar las flores coloridas y vistosas que sustituyeran a las ya mustias por el paso del tiempo. Charlas y recuerdos de los fallecidos centraban las conversaciones, si bien la tendencia a la incineración es algo que ha ido creciendo en los últimos años hasta igualarse prácticamente a los enterramientos.

Y no faltó algún curioso en el caso del cementerio de León que quiso ver algunos de los lugares que se visitan en las nuevas rutas organizadas en este lugar para mostrar la riqueza histórica, cultural y artística de un lugar que recuerda ''a aquellos que han construido el León que hoy conocemos'' para tener un mayor conocimiento de la simbología de la piedra, además de que se puede visitar el lugar en el que se encuentra inhumado el que fuera alcalde de la ciudad, Miguel Castaño, o el panteón de los Hombres Ilustres de León, entre otras visitas.

En Valladolid, en el caso del cementerio del Carmen, el acceso de visitantes fue gradual y a primera hora no había apenas colas en la carretera de acceso y aún quedaban amplias zonas de aparcamiento con plazas libres, aunque al mediodía la intensidad de tráfico y de personas que iban a visitar las tumbas de sus sedes queridos fallecidos creció de forma intensa.

A las 11 de la mañana se produjo la visita institucional del alcalde, Óscar Puente, junto a la concejala de Medio Ambiente y Sostenibilidad, Marìa Sánchez, con una parada como es tradicional en el panteón de los vallisoletanos ilustres, donde se procedió a la realización de una lectura de homenaje.

Con posteridad, la comitiva municipal se desplazó al cementerio de Las Contiendas, donde se despositó una corona de flores en las tumbas de dos bomberos muertos en acto de servicio hace 21 años, el 6 de octubre de 1996, en el incendio de la discoteca siete siete de Valladolid, donde murieron además la mujer encargada del guarropa y una clienta.