BURGOS

La invasora avispa asiática llega al Valle de Mena

  • as avispas asiáticas seccionan la cabeza y la parte del aguijón de las abejas europeas
  • El Valle es la principal productora de miel de la región

Ical

Apicultores del Valle de Mena, en la provincia de Burgos, constataron la presencia de la avispa asiática en sus colmenas. Por ello, el Ayuntamiento pidió medidas para la protección de la abeja autóctona, víctima de esta especie invasora, según informaron este miércoles fuentes del Consistorio menés.

El Ayuntamiento tuvo constancia de esta presencia a través de apicultores locales que capturaron algunos ejemplares en las laderas de los montes de Ordunte, en Burceña. Esta zona es la principal productora de miel del municipio, muy valorada entre los consumidores por ser de brezo (Erica cinerea).

Desde el Consistorio denunciaron la presencia de esta nueva especie invasora, que se suma a otras animales y vegetales que amenazan en bosques y ríos a sus especies autóctonas, algunas tan conocidas como la abeja melífera. Por ello, hicieron un llamamiento a las autoridades competentes para que tomen medidas para defender este “inmenso patrimonio biológico”.

El pasado 29 de marzo, el Ayuntamiento del Valle de Mena mostró su apoyo a los apicultores aprobando una moción impulsada por la organización agraria Coag en la que se solicitaba la declaración de la abeja y la apicultura como Patrimonio de la Humanidad por sus beneficios a los ecosistemas, la biodiversidad y la salud del ser humano.

La invasora avispa asiática (Vespa velutina), originaria de China, llegó al continente europeo en 2004 en unos contenedores desembarcados en el puerto de Burdeos (Francia). Desde entonces, su avance ha resultado inapelable desplazando el hábitat y atacando y devorando a la trabajadora abeja europea (Apis melifera).

Las avispas miden alrededor de 30 milímetros y son mucho mayores que las abejas autóctonas y más agresivas. La reina también es mayor, de entre 35 y 40 milímetros. Construyen sus nidos colgados de los árboles a cierta altura, del tamaño de un balón y hechos en papel. Cada nido puede contener unas 1.500 avispas trabajadoras, lo que da una idea de su capacidad de reproducción.

Se alimentan de flores y de fruta madura, y la proteína la obtienen de otros insectos que capturan. Las avispas asiáticas seccionan la cabeza y la parte del aguijón de las abejas y luego las devoran o las transportan a sus nidos, un modus operandi que se repite en todas las zonas de ataque.