Los Tesoros del Agua

El billar romano de Zamora en peligro de extinción

Una de las causas de su declive es la dificultad para conseguir nuevos juegos de bolas con los que practicar. Los que se realizan de forma mecánica raramente cumplen las normas.

María retó a Dani a jugar una partida de billar 'un tanto especial' en un bar de Zamora: el billar romano - rtvcyl.es

 

 

 

 

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Terminamos eufóricos nuestra jornada de buceo en el río Pisuerga, pero el deber mandaba, así que nos pusimos de nuevo en marcha para llegar antes de que se hiciera de noche a catar unos vinos en Toro.  A la mañana siguiente recorrimos el último tramo del territorio español de nuestra ruta hasta Oporto. Después de Toro, llegamos a Zamora, a los arribes del Duero, a Rabanales y, por último, a San Vitero, cerca de la frontera con Portugal.

En Zamora, gracias a Dani, descubrimos el billar romano. Un juego tradicional autóctono de Zamora, aunque de un tiempo a esta parte se han organizado campeonatos en la provincia de León y en Aranda de Duero (Burgos).

Si aún no te has paseado por el barrio fluvial de esta ciudad esta es la excusa perfecta. En la calle de Penedillo, en la zona del Alto de San Isidro, encontrarás aun par de bares con pista de juego propia. ¿Bares? Sí, has leído bien. Una de las características de este juego derivado de las también tradicionales bochas o, en una modalidad similar, la petanca es que se trasladó de las calles al interior de las entonces tabernas para sobrellevar mejor el clima zamorano.

 

 

Respecto a su origen se manejan dos teorías. La primera, que remonta el nacimiento y entrenamiento de este juego a la época romana. Donde los combatientes ponían a prueba su capacidad de concentración y sus dotes de estrategia en las tiradas. Y, la segunda, que el título de 'romano' se le atribuyó a este juego porque en uno de los primeros carteles que se utilizaron para darle publicidad aparecía un jugador romano.

 

¿Cómo se juega al billar romano?

 

El primer requisito es contar con el equipo adecuado. Y, esto, que parece lo más sencillo, se ha convertido en un quebradero de cabeza para los aficionados al billar romano. Los juegos de bolas del billar romano son tan singulares y exclusivos que solo los artesanos los fabrican siguiendo las normas oficiales: madera de encina, 11 centímetros de diámetro y un peso de 600 gramos.

 

Se utilizan un total de nueve bolas, 4 blancas, 4 negras y una negra más pequeña llamada 'bili' que hace la función de boliche. El terreno de juego es una superficie de planta octogonal de siete metros de largo por tres de ancho.

 

Nos contaron que, aunque el terreno de juego parece de arena, en realidad está formado por un barro especial mezcla de argamasa y ceniza. Una vez compactado, se le echan encima un par de capas de arena tamizada del río Duero midiendo con cuidado para respetar la profundidad reglamentaria: 30 centímetros.

 

El objetivo del juego es aproximar lo más posible las cuatro bolas de cada equipo al 'bili' lanzando desde uno de los extremos de la pista donde se ha trazado una circunferencia que recibe el nombre de 'paté'.

Por cada bola que quede más próxima al 'bili' que la del equipo contrario se reciben puntos. Y, el que obtenga más puntos tras dieciocho tiradas, ganas. Si quieres conocer en profundidad el reglamento de este juego tradicional puedes consultar su reglamento en la Federación de Deportes Autóctonos de Castilla y León. En 1985, el Ayuntamiento de Zamora publicó sus normas, lo que hoy se conoce como la 'Biblia' del billar romano.

 

 

Truco de los que saben: El objetivo es arrimar lo máximo posible tu bola al 'bili' puedes hacerlo jugando por las bandas o tratar de quitar del medio la bola del contrario. Tú decides.

 

Una de las cosas que más nos llamó la atención cuando nos acercamos a conocer este juego fueron las advertencias que recibimos de jugadores y vecinos de Zamora. Percibimos una gran conciencia sobre el peligro que correo este juego autóctono porque, a las dificultades para conseguir los juegos de bolas, se suma el hecho de que los bares que aún conservan la pista pasan a manos más jóvenes que no siempre están interesadas en mantenerla. Desde la Concejalía de Deportes del Ayuntamiento de Zamora se quiere fomentar la práctica de este deporte enseñándoselo a los escolares.