Es tiempo de cosecha de lavanda. Estos días los Montes Torozos, en Valladolid, huelen a esta fina esencia por los cuatro costados. El violeta de sus flores inunda de color y de olor una comarca en la que ya se cosechan 250 hectáreas. El resto, hasta las 500 que hay plantadas en la Comunidad se reparten en las tierras de Peñafiel, y en los páramos de Lerma, en Burgos. 

Un cultivo que se postula como alternativa fuerte a los cereales más tradicionales. Por sus características y por sus precios. Un kilo de esencia puede rondar en el mercado los 19 ó 20 euros. Y los rendimientos por hectárea rondan los 80 o 100 kilos por hectárea, dependiendo de las variedades. 

La preciada esencia se extrae en la destilería mediante un proceso de vaporización. Hasta allí llegan cada cada vez más agricultores con sus plantas. Los productores amplían sus explotaciones y se autoconvencen de su rendimiento. Lo más costoso son los inicios. Plantar una hectárea puede suponer unos 2.000 euros.