Actúan de noche. Entran en las iglesias forzando puertas o ventanas y se llevan dinero y pequeños objetos. El modus operandi siempre es el mismo: se mueven de sur a norte hacia Portugal, robando en varias iglesias en la misma noche. Siempre eligen pueblos con poca densidad de población y envejecida. Desde el mes de febrero ya se han perpetrado 58 robos en la provincia de Zamora.

Es una de las medidas que se adoptan para intentar acabar con esta oleada de robos. Otra será apoyar la instalación de alarmas en algunas iglesias. Algo complicado, pues algunas tan sólo cuentan con un presupuesto de 200 euros anuales. Por eso el obispado pide sumo cuidado con el patrimonio.

Además piden la colaboración ciudadana. Podría tratarse de la misma banda de ladrones, aunque las investigaciones siguen abiertas.