Es algo parecido a que te toque la lotería y que tu producto ascienda a los altares por una casualidad. Eso es lo que le ha pasado a la bodega Conde de San Cristóbal de la Ribera del Duero, que llevaba diez años enviando vino a Cuba. El pasado lunes, la familia Obama cenó con su vino y ahora la fama les está sorprendiendo. No saben ni cómo reaccionar al foco mediático.