No concibe la práctica del atletismo de otra manera. Trata de mencionar la palabra ‘disfrutar’ en cada frase, como si su ausencia le provocase cierta angustia. Viaja a Londres con ese único objetivo, con una carencia absoluta de presión. “Solo quiero disfrutar, no defraudarme ni a mí misma, ni a mi país”, afirma Elena Espeso, que competirá en la prueba de maratón junto a Carles Castillejo, José Carlos Hernández,  Ignacio Cáceres, Vanessa Veiga y Alessandra Aguilar.

El pasado mes de marzo, la vida de la vallisoletana daba un giro de 180 grados. En el maratón de Barcelona, Elena Espeso detenía el cronómetro en dos horas, 30 minutos y 52 segundos. Una década antes, en su primera experiencia, su marca rayó las cuatro horas. Tras cruzar la línea de meta en la Ciudad Condal, las puertas de la gloria se habían abierto de par en par. “Aún no lo sabía seguro, pero la idea de correr venía dada por la intención de hacer la mínima olímpica”, reconoce la atleta, que cumplirá 40 años en octubre.

Profesora de Educación Física, Espeso, con su simple presencia en la capital británica, ya ha saboreado las mieles del éxito. “Realmente, no sé si puedo estar entre las 20 primeras o no. Allí va lo mejor de lo mejor de todo el mundo, pero yo solo voy a fijarme en mí misma, en mi ritmo”, anuncia. Desde la distancia, llegará el enfervorizado apoyo de sus dos motores, sus hijos Elena y Lucas. Cada vez que suena el móvil de la atleta vallisoletana, se escucha una cariñosa arenga: “Alabin, alaban, alabin, bon ban, mamá, mamá y nadie más”. Un grito de guerra que, a buen seguro, servirá para que Espeso cruce, con el orgullo intacto, la línea de meta tras 42 kilómetros y 195 metros que para cualquiera serían de sufrimiento. Para ella, un mero disfrute.