CULTURA

'Las lecturas de Zorrilla' reúnen textos y biografías de autores del Romanticismo que retrató el pintor Esquivel a mediados del XIX

Los fondos bibliográficos de la muestra pertenecen a la Fundación Joaquín Díaz y la Biblioteca Menéndez Pelayo e incluyen algunas primeras ediciones

Ical

La exposición 'Las lecturas de Zorrilla', inaugurada en la Casa Revilla, reunirá hasta el 2 de abril en Valladolid una recopilación de textos literarios y biografías de autores en vísperas del ocaso del Romanticismo, que retrató el pintor Antonio María Esquivel a mediados del siglo XIX. En su estudio, el artista reunió en una escena pictórica en 1846 a un grupo de integrantes representativos del movimiento literario que escuchaban al poeta vallisoletano leer textos poéticos, aunque según los críticos excluyó a quienes no formaban parte de sus tertulias o no compartían ideas políticas.

Tal y como explicó la concejala de Cultura y Turismo, Ana Redondo, la muestra supone una "nueva propuesta" que se suma a las ya realizadas dentro del bicentenario del nacimiento del poeta vallisoletano. "Queremos conocer mucho más en torno a su obra y quienes formaron parte de su entorno literario contemporáneo", sostuvo, al tiempo que recordó del cuadro de Antonio María Esquivel se desprende un amplio elenco de "artistas, literatos, rapsodas, intelectuales y políticos que eran un referente y contaban con autoridad en la época".

Redondo destacó el trabajo realizado por el comisario Joaquín Díaz quien, a través de la Fundación que lleva su nombre, ha aportado algunos de los fondos literarios que se completan con numerosas obras de la Biblioteca Menéndez Pelayo. "Joaquín es el auténtico baúl de la cultura popular de esta provincia, la Comunidad y el país y ha posibilitado con su trabajo que aquí se exhiba bibliografía y documentación sobre lo que los retratados por Esquivel leían o escribían. Se resume una época y las propuestas que hicieron que la literatura que se fue desarrollando hasta lo que es hoy. Exposiciones con la calidad de la presentada hoy son difíciles de encontrar en el resto del país", aseveró.

Por su parte, Joaquín Díaz señaló que 'Las lecturas de Zorrilla' se compone básicamente de bibliografía "con ediciones muy interesantes de casi todos los autores más destacados del siglo XIX que reflejan una época y estaban en la pomada, aunque otros no todos los destacadis aparecen en el cuadro por que no eran del gusto Esquivel y, pese a ello, en la exposición figuran en retratos y reseñas biográficas".

Díaz precisó que los protagonistas de la exposición "eran gente muy leída en la época y a los que seguramente recurría como fuente de inspiración literaria José Zorrila", autor del que dijo fue "coronado y laureado con este simbolismo dentro del movimiento romántico al final de su vida".

La muestra está dividida en tres partes correspondientes a los maestros, a los contemporáneos y los que no están en el cuadro, y se complementa con textos de todos ellos, algunas piezas de la época y primeras ediciones de gran valor de los autores retratados.

Retratos y biografías

Junto a los retratos y las reseñas biográficas del cuadro titulado 'Zorrilla leyendo en el estudio de Esquivel' -repartidas por las paredes en la sala de exposiciones de la Casa Revilla de Valladolid- figuran varias vitrinas con objetos de época y libros de todo tipo de géneros literarios. En una de ellas, dedicada a los desafíos y duelos románticos, aparecen pistolas y un florete de entrenamiento, mientras en otra, que hace referencia al Parnasillo y el Ateneo de Madrid, se recrea lo que era el despacho de un escritor con velones, una palmatoria, escribanía, un cortaplumas, quevedos y un albúm de fotos de Hebert de la época.

Otra estancia guarda una prensa de base plana, denominada la copiadora del Romanticismo, junto a una vitrina con libros del Parnaso Español que resumen prosa, verso y fábulas de autores como Espronceda, Alberto Lista, Carolina Coronado o Nicomedes Pastor. En el apartado de teatro se albergan varios libretos de zarzuela y unos binoculares utilizados en la época para ver de lejos a los intérpretes. Finalmente, se exhiben Los Cantos del Trovador y la Leyenda del Cid, obras de José Zorilla, y la cédula original del poeta que recuerda su incorporación a Universidad de Valladolid.

Por último, para el cierre de la exposición habrá dos conferencias, los días 28 y 29 de marzo, a cargo de Salvador García Castañeda -catedrático de la Universidad de Ohio y especialista en la obra de José Zorrilla- y de Javier Barón -jefe del Área de conservación de pintura del siglo XIX en el Museo del Prado- quienes hablarán del cuadro de Antonio María Esquivel y de su época.

Retazos del pasado

El cuadro 'Zorrilla leyendo en el estudio de Esquivel', de 1846, es un ejemplo de la íntima relación entre los literatos y los artistas que frecuentaban los salones particulares, ateneos, liceos y otras sociedades en la época romántica de mediados del siglo XIX. Frecuentar un salón era como pertenecer a una academia, haber alcanzado el triunfo social y entrar en el grupo de los elegidos. En aquellas tertulias se formó un nuevo tipo de intelectual muy distante del de los años 30.

Buena parte de los retratados por Esquivel hicieron gran carrera política; algunos eran aristócratas y otros, muchachos provincianos, muchos de ellos de humilde origen y escasos recursos, como los protagonistas de las novelas de Balzac, o el Pedro Sánchez, de Pereda. Llegaban a Madrid a buscarse la vida, escribían en los periódicos, cambiaban de orientación política cuando era necesario e iban alcanzando los puestos más salientes tras las vicisitudes propias de la vida política como los pronunciamientos y las revoluciones, la emigración, la cárcel y el exilio.

Los menos afortunados vivieron de las sinecuras y empleos de la pródiga administración española. Muchos pertenecieron a la Real Academia Española, o a otras academias, y la gran mayoría murieron en Madrid. Pero no todos los que están en la primera línea de este cuadro tienen la misma categoría literaria ni parecen tan importantes como fueron en su tiempo. Esquivel no los agrupó según sus talentos; a veces están cercanos por amistad personal o por colaborar juntos como hicieron Hartzenbusch, Bretón, Doncel y Valladares.