La provincia de Ávila cuenta con 12 torretas desde donde los agentes medioambientales divisan el territorio. Están vigilantes para detectar cualquier conato de fuego en turnos de 10 horas, en solitario y sin distracciones.

El agente medioambiental David Sánchez cree que: “La experiencia de los vigilantes, de las zonas. De distinguir cuando es un fuego forestal, cuando está dentro de un municipio, cuando es el fuego de una barbacoa, cuando es el fuego de una granja que no afecta. Eso no lo va a hacer ninguna máquina”.

Pero en el municipio de La Adrada creen que la incorporación de la tecnología puede complementar su labor. Por ello, están ultimando detalles legales para usar aviones no tripulados: “Aquí lo que buscamos no es quitar a guardas forestales. Si no, hacer más eficaz su trabajo, simplemente eso. Y, lógicamente, evitar lo que se trata que es el incendio”, dice Miguel Ángel Bueno, responsable de la empresa Colibrí.

El alcalde de La Adrada, Francisco de Pedraza, opina que: “He pensado que puede ser algo importante, y creo que es el futuro para este sistema de defensa de los incendios”

Alcanza los 120 metros de altura y capta imágenes como éstas que permiten ver la situación en directo desde el puesto de control.

“A mí me está dando en una cámara termográfica qué temperatura y me está dando también cómo está evolucionando el incendio. De hecho, la Unidad Militar de Emergencia va a incorporar este mismo drone”, explica el responmsable de Colibrí.

Para manejarlo es necesario tener el título de piloto o realizar un curso específico. Porque al ojo humano se le pueden sumar dispositivos sofisticados en defensa del patrimonio natural.