MEDIO AMBIENTE

El sector vacuno, reñido con el medio ambiente

  • Un estudio publicado en la revista estadounidense Proceedings of the National Academy of Sciences revela que consumir carne de vaca es más dañino para el ecosistema que la de cerdo o aves.

Europa Press

El consumo de vacuno es diez veces más dañino para el medio ambiente que el de carne de cerdo o aves, según un estudio que ha sido publicado en la revista estadounidense Proceedings of the National Academy of Sciences.

Los investigadores de tres universidades norteamericanas analizaron los impactos ambientales de las industrias del ganado vacuno, porcino, avícola y de lácteos en Estados Unidos de 2000 a 2010.

En este sentido, descubrieron que la producción de ternera requiere 28 veces más tierra, 11 veces más agua de riego, 5 veces más emisiones de gases invernadero y 6 veces más nitrógeno reactivo que la media de las otras tres industrias combinadas.

En cambio, el coste ambiental de las industrias restantes se mantiene aproximadamente al mismo nivel, con diferencias entre sí que no sobrepasan los dos puntos.

 Además, los científicos compararon los valores obtenidos de impacto ambiental de cada categoría con su consumo dentro de Estados Unidos. El estudio destaca lo "subóptimo" de los patrones de consumo en el país, con un vacuno que, pese a ser la categoría menos eficiente, constituye la segunda más extendida entre los norteamericanos, con un 7 por ciento de las calorías consumidas.

Los investigadores subrayan lo "fundamental" de políticas llevadas a cabo por los gobiernos como subsidios a diferentes industrias de ganado para reducir "de forma significativa" el consumo de calorías de origen animal y así disminuir los costes ambientales de la producción de comida.

"Nuestros resultados ofrecen a los gobernantes un método para calcular las consecuencias ambientales de las políticas de alimentación, así como redirigir las decisiones de los ciudadanos en cuanto a dieta para influir de forma colectiva en las fuerzas del mercado", añade.

   Por último, los investigadores reconocen que el análisis está basado en datos de la economía estadounidense pero aseguran que es exportable a otras como la europea, china o india por la globalización de los hábitos dietarios y patrones de consumo.